Por José M. García Rozado.-

El diagnóstico es similar al planteado hace 15 días por la UCA. Son 2 mediciones distintas con bases metodológicas dispares, y ambos coincidieron en marcar un cambio de tendencia: pese a los discursos de Cristina, la clase media se retrae y la pobreza aumenta, y desde hace al menos 3 años esa es la tendencia. Roberto Lavagna advierte que si bien hay una aparente calma entre el fin del gobierno de CFK y el inicio de la próxima administración, dijo que el momento «se parece mucho» al cambio de mando entre Menem y de la Rúa. «El gobierno entrante compró esa interpretación de normalidad y 2 años después hubo una crisis importante».

La economía tiene menos dólares de los que necesita para recuperar niveles de actividad aceptables. De crecimiento sustentable, ni hablar. La pobre performance de la acumulación de divisas surge a partir de las inconsistencias de política económica y de los problemas institucionales que incentivaron la demanda e inhibieron la oferta de moneda extranjera. El exceso de emisión monetaria genera un sobrante de pesos que provoca una demanda creciente de dólares, utilizados para ahorro (“formación de activos externos”), para viajes al exterior, demanda de bienes dolarizados, etc. A su vez, la decisión de pagar la deuda externa con reservas internacionales también afecta el balance del BCRA, incrementando las expectativas de devaluación y la demanda de dólares por parte de los privados. En el mismo sentido juega la presión tributaria record que ahoga a muchos sectores regionales exportadores afectando el ingreso de divisas por este canal. Por último, este combo de políticas expansivas, elevada presión tributaria, inestabilidad macroeconómica y constante cambio de reglas del juego, desincentiva la inversión extranjera directa (IED) que también es una fuente genuina de dólares volcados al sistema productivo. En definitiva, la economía es un desastre y es una vergüenza que no resulte un eje importante de la campaña electoral. Los electores están por perder como en la guerra pero miran en otro lado, creen en Papá Noel y los Reyes Mayos (jejé), y así les irá… (no se aceptarán reclamos ni llantos). Por suerte, algunos se atreven a ir en contra de la genuflexión general.

“La economía argentina tiene un trasfondo muy malo y la macroeconomía también porque los desajustes son mayúsculos. Nunca hubo ningún plan perverso ni programado o exitoso como para que sea una bomba que le estalle a otro, todas esas fantasías son imposibles en la economía. Esto fue la profundización permanente de problemas sobre la base de que no hay una restricción presupuestaria”, analizó el economista Carlos Melconian en un reportaje con relación a los problemas macroeconómicos que está atravesando la Argentina. Luego, se refirió a la política del Banco Central de subir la tasa de interés frente a la suba del dólar paralelo y el record de demanda de la modalidad ‘dólar ahorro’: “Frente al quilombo que tenemos, que el Banco Central actúe como si fuera la Reserva Federal americana, subiendo un poquito la tasa, es para reírse. Esto es una emisión monetaria que ha quebrado todos los records posibles y es el quinto déficit fiscal de la historia Argentina”. Desde 2012, la clase media se redujo cerca de dos puntos a cambio del crecimiento de la clase baja, que ya reúne a casi la mitad de los argentinos. Los datos surgieron en un informe privado realizado por la consultora CCR sobre la base de los aportes de la Asociación Argentina de Marketing, la Sociedad Argentina de Investigadores de Marketing y Opinión y la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.

La barrera que tomó el trabajo para diferenciar a la clase media de la baja es un ingreso mensual de $11.700 por hogar. Por debajo de este límite se encuentra el 47,5% de las familias argentinas, que integran la clase baja. Dentro del universo de los hogares con menores salarios, CCR distinguió entre la clase baja superior -D1- y la clase baja lisa y llana -D2 y E-. Esta última representa al 17,2% de los hogares, donde se registró un ingreso promedio de $4.600 y tuvo un crecimiento de 0,5% en el último año. «Más allá de que se trata de fluctuaciones muy pequeñas, lo importante es que desde 2012 se revirtió la tendencia de expansión de la clase media», precisó Patricia Sosa, directora de Negocios de CCR, en declaraciones publicadas por el diario “La Nación”. En la otra punta de la pirámide se concentra el 5,5% de la población con mayores ingresos -ABC1-, que tiene un ingreso familiar promedio que supera los $ 106.000. Este universo es dispar. El quintil más alto, casi el 1%, tiene un ingreso de $187 mil por mes. El nicho más «pobre» de la misma casa percibe $ 65 mil. Hace unas semanas la presidente Cristina Fernández aseguró que la Argentina es uno de los países de la región donde en los últimos años más personas pasaron a integrar la clase media. Según CCR, el dato es comprobable hasta 2010, cuando terminó un ciclo de crecimiento en donde la clase media ganó casi 9 puntos, siendo la más beneficiada del modelo entre 2004 y 2010. A partir de ese año comenzó el cambio de tendencia.

El diagnóstico es similar al planteado hace quince días por la Universidad Católica Argentina a través del Observatorio de la Deuda Social. Si bien son dos mediciones distintas con bases metodológicas dispares, ambos coincidieron en marcar un cambio de tendencia. La UCA registró que la pobreza no para de subir en la Argentina desde 2011 y ya afecta a tres de cada diez argentinos. Este informe reveló que una familia tipo necesita al menos reunir ingresos por $ 5.717 por mes para no ser pobre, de acuerdo a los cálculos de su propia Canasta Básica Total (CBT). Es más del doble de los $ 2.026 que calcula el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El atraso cambiario y la caída en los precios de algunos bienes exportables están generando un serio problema en las economías regionales. Una de las alarmas que se encendieron sobre esta situación está relacionada con la morosidad en el pago de créditos, que aumentó en el primer trimestre del año 33%, hasta llegar al 4,4% del total de créditos. El dato surge de información del BCRA y si bien se trata de un nivel aún bajo en términos históricos, la tendencia preocupa a los bancos, cada vez más atentos al deterioro de las variables macroeconómicas. «Por ahora la irregularidad no es alta, y menos si se compara con 2000-2005 -destacó Pablo Curat, socio de Curat, Martínez Larrea & Asociados-. Pero va dando señales de problemas en las cadenas de pagos. Sobre todo en aquellas provincias y regiones más vinculadas con las economías regionales, en las cuales el atraso cambiario les está pegando más fuerte», citó el diario “La Nación” este martes (28/7). Según un informe de Curat basado en datos del Banco Central, en marzo -últimos datos disponibles-, el 4,3% de la cartera de créditos a empresas está en situación irregular, esto es, con una mora de por lo menos 30 días.

La mora en los pagos es de al menos de 30 días, y varía de acuerdo a la zona. En el Norte, trepa al 6,1% de los préstamos corporativos, mientras que en Cuyo oscila en torno al 5,8%, y en la Patagonia, al 5,3%. La región con menos dificultades es la pampeana, con una irregularidad entre las empresas del 2,9%, informó hoy el matutino. En el desagregado por provincias, las más complicadas son Tucumán, con una mora del 8,4%, seguida por Tierra del Fuego (8,2%), Salta (7,7%), Santiago del Estero y Chubut (7%), Mendoza (6,6%) y La Rioja (6,5%). En la otra punta se ubican Misiones y Chaco (1,6%), Jujuy (2,2%), Santa Fe (2,3%) y La Pampa (2,5%). En tanto, para Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb, el aplazamiento de los pagos a los créditos está asociado con el rezago de la competitividad y la actividad económica de las provincias. «Las economías regionales se enfrentan con una caída internacional del precio de sus bienes provocados por una menor demanda, al mismo tiempo, compiten con productos europeos que están deflacionándose y dependen de que les compren países que están devaluando sus monedas», apuntó al mismo matutino. Uno de los países que está devaluando su moneda es Brasil, el principal comprador de la Argentina. En la semana pasada, el real cayó a su nivel más bajo en 12 años contra el dólar. Esta depreciación influye de manera directa en las exportaciones, ya que el atraso cambiario encarece relativamente los productos locales en comparación con los del país vecino.

«Las economías regionales tuvieron un respiro en enero del año pasado, pero venían arrastrando un fuerte atraso. Ya no tienen resto para pagar deudas», concluye Lamothe. Verónica Sosa, economista de Economía & Regiones, señala que la irregularidad en los préstamos viene creciendo desde 2013. Con una estimación de contracción del producto bruto interno (PBI) del 0,6% para el primer trimestre de este año, afirma que era de esperar también un repunte de la morosidad. Desde la consultora fundada por el economista Rogelio Frigerio prevén no obstante que la actividad se recupere «mínimamente» en el segundo semestre, con lo cual proyectan también una leve mejora en la cadena de pagos. Sin embargo, advierte Sosa, «todo siempre y cuando no ocurra nada muy significativo en la economía». Este lunes 27 de julio Brasil vivió una cotización record para su moneda. Tras una depreciación del 0,36% elevó al tipo de cambio hasta R$ 3,36 por el dólar, el mayor valor en más de doce años (esta situación no se vivía desde el 28 de marzo de 2003). Así en lo que va del año, la moneda del país vecino ha caído 20,73%. Después de que la Presidenta de Brasil anunció un plan de ajuste fiscal, “el gobierno aceleró la devaluación del real especialmente entre enero y marzo de este año”. Debido a su necesidad por favorecer el ingreso de divisas y la necesidad de balancear el crecimiento con el mercado interno, el país decidió intensificar su demanda a través de su perfil exportador. Ya en 2014 Brasil había registrado su primer déficit comercial en 14 años. Ahora, en el primer semestre ha revertido la tendencia hasta lograr un superávit comercial de 2222 millones, el mejor resultado en los últimos tres años. La devaluación del real suma presión al peso argentino, que en términos reales se ha apreciado frente a la moneda brasileña. De hecho, en lo que va del 2015 se ha depreciado sólo 13,9%.

¿Cómo afecta a nuestro país esta situación? Al abaratarse el real y encarecerse el peso por efecto del atraso cambiario, los productos argentinos comienzan a ofrecer (lentamente) un precio menos atractivo para los importadores brasileños. De los U$S 9.533 millones que exportó el país entre enero y junio de 2015, el 20% fue hacia Brasil. Las exportaciones argentinas a Brasil cayeron 23% en lo que va del año, de las cuales 7 de cada 10 dólares son manufacturas de origen industrial. El ministro de Planificación, Nelson Barbosa, dijo el lunes 27/07 que el gobierno no estudia el uso de reservas internacionales para controlar el cambio ni para financiarse. La afirmación de Barbosa llega en momentos en que las cuentas públicas del país pasan por un período de ajuste. El funcionario, indicó que las reservas internacionales del Banco Central de Brasil, de unos US$ 360.000 millones, dan autonomía al gobierno y ayudan a absorber impactos. Barbosa explicó que mantendrá reuniones con los principales partidos de la base aliada del gobierno para tratar sobre las nuevas metas fiscales anunciadas la semana pasada y que requieren del aval del Congreso para su implementación. La reunión de coordinación política fue presidida por la mandataria Dilma Rousseff. Aquí el dólar en el mercado paralelo detuvo la caída que registraba desde las últimas sesiones luego de tocar los $15,10 la semana pasada y este lunes se disparaba 15 centavos hasta los $14,65. Para contener el alza, el Banco Central tuvo que inyectar unos US$ 40 millones. La suba se da en medio de un contexto de fuerte devaluación del real, que este lunes tocó mínimos delos últimos 12 años: 3,35 por dólar. La depreciación de la moneda brasilera responde a la “preocupación por la economía china” y la incertidumbre en el escenario doméstico.

Además, los mercados financieros argentinos operaban en baja afectados por la tendencia de las plazas externas ante preocupaciones en torno a una desaceleración del crecimiento del gigante asiático, en un contexto cauto de negocios por el escenario preelectoral local. Para bajar el precio del “libre/blue”, que alimenta expectativas de devaluación, el BCRA subió la tasa de interés para los depósitos de hasta $1 millón para estimular la permanencia en el peso. El dólar oficial ascendía hasta los $ 9,18, por lo que la brecha con el paralelo superaba el 59%. De acuerdo a lo que publica este lunes el diario “El Cronista Comercial”, el Gobierno Nacional intentará bajar el precio del paralelo hasta los $14. Para ello se valdrá de distintas herramientas como una fuerte presencia de inspectores y gendarmes en la City para mantener reducidos los negocios. También -según el matutino- se dispondrá la venta de «fuertes cantidades» de dólar ahorro en los primeros días de agosto, lo que abastecerá al mercado marginal, reduciendo su precio por una mayor oferta. A ello se le agregará la venta de bonos que accionará sobre el precios del contado con liquidación, que fija un piso para el “blue”. Por su parte, el BCRA establecerá tasas mínimas a los depósitos, que para las personas físicas aumentará un punto, pero casi 5 en el caso de las empresas. Roberto Lavagna advierte: la transición entre el fin del gobierno de Cristina Fernández y el inicio de la próxima administración puede parecer calma, pero es «engañosa» en términos económicos. El ex ministro de Economía comparó ese momento con el pase de mando entre Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

«Es una de esas transiciones engañosas, porque en apariencia es relativamente calma. Esta se parece mucho a la transición entre Menem y de la Rúa. Parecía ser una transición normal. El gobierno entrante compró esa interpretación, reaccionó poco y tarde, y 2 años después hubo una crisis importante», dijo Lavagna en diálogo con radio Continental hoy martes. «No se puede sólo con pequeños arreglos seguir adelante, cuando la economía hace 4 años que no crece ni crea trabajo. No hay que dejarse engañar por esa presunta normalidad», dijo. El actual jefe de los equipos económicos de Sergio Massa, profundizó su diagnóstico de la situación actual de la economía. «No hay hechos demasiados nuevos. Estamos en un proceso continuo de 4to año de estancamiento productivo y de creación de puestos de trabajo, particularmente en el sector privado. Hay poca inversión, inflación alta y cuentas desordenadas», dijo. Sobre esto último agregó que el problema está «tanto en el frente interno -la caja en pesos- como en la insuficiencia de generación de dólares». En ese contexto, dijo, ocurren cosas «positivas, como pequeñas burbujas de aumento de consumo antes de las elecciones», y «negativas como la agitación en torno al dólar blue». Para Lavagna, la escalada de la semana pasada respondió al giro discursivo de Mauricio Macri. «El mensaje del PRO produjo alteraciones en algunos sectores», dijo. De todas formas, el ex ministro relativizó la importancia del impacto del dólar paralelo. «Me parece que en torno al blue se hace más ruido del que se merece», estimó.

En cambio, Lavagna pidió tener más que en cuenta la situación económica de Brasil, que viene experimentando un ciclo de fuerte devaluación, lo que afecta a las exportaciones argentinas. «Ahora ocurre algo similar que a fines de los 90, que fue una de las cosas que se ignoró en la transición. Están devaluando de una manera fuerte, lo que descoloca un poco más a la Argentina. Entonces aparecen los conflictos comerciales y las tensiones políticas», dijo. En cuanto al cepo cambiario, Lavagna estimó que «tiene algún parecido con lo que fueron las cuasi monedas. Va a llevar algún tiempo recuperarlo, así como en alrededor de 9 meses se reabsorbieran esas monedas múltiples». «Acá tiene que ver condiciones para generar confianza, parte de los dólares que se van es por desconfianza. Y después, condiciones objetivas de comercio que permitan mayores exportaciones. El sector del agro ha sido tan vapuleado en estos años y tiene una gran capacidad de reacción. Hay que esperar por ahí una mayor producción de dólares», dijo. «Mientras haya cepo difícilmente se pueda traer inversiones, eso tendrá que ver con la naturaleza del plan económico», aseguró Lavagna. Según Economía & Regiones; desde hace unas semanas, la estabilidad financiera comenzó a resquebrajarse con una suba del paralelo y una expansión de la brecha cambiaria, que alcanzaron $14.90 y 63% respectivamente. Esta turbulencia financiera pone en jaque la supuesta recuperación del consumo privado que se descontaba para los meses previos a las elecciones. Hasta aquí, todos los instrumentos de política se habían puesto al servicio de lograr que la inflación estuviese en torno al 2% mensual, las reservas no cayeran, el dólar blue (brecha cambiaria) continuara estable y el consumo se recuperara durante el 2do. y 3er. trimestre del 2015.

La depreciación del peso (contra el dólar) a un ritmo equivalente a la mitad de la inflación y el endeudamiento doméstico (BONACs y LEBACs) y externo (YPF; swap de China, default de bonos del Canje 2005 y 2010; etc.), eran los pilares que sostenían la estabilidad financiera. En paralelo, la política fiscal ultra expansiva financiada con emisión y deuda junto con la apreciación del peso, estimula el consumo privado y la demanda agregada. Es decir, el tipo de cambio cuasi fijo, se utiliza para contener el aumento del nivel general de precios y generar incrementos del ingreso medido en dólares y así propulsar el consumo y el nivel de actividad. A su vez, los elevados rendimientos (tasa de interés) en moneda extranjera evitaban una corrida cambiaria, que también era contrarrestada con colocaciones de deuda en dólares y en pesos. La primera (swap con china y otros) apuntalaba las reservas para moderar las expectativas de devaluación; mientras que la deuda en pesos (BONAC) financiaba una parte del exceso de gasto público y el déficit fiscal. Sin embargo, la mejora del consumo, que podría estar en riesgo debido al tambaleo de la estabilidad financiera, es un fenómeno difícil de sostener en el mediano y largo plazo. Ninguno de los tres ingredientes (fiscal, monetario/cambiario y deuda) que sostienen la recuperación del gasto de las familias en el corto plazo son funcionales para el crecimiento económico sostenido, ya que atentan contra la competitividad del sector privado-productivo, impidiéndole hacer negocios y expandir su frontera de posibilidades de producción. En otras palabras, la buscada estabilidad financiera pre electoral se consigue a expensas de hipotecar la salud de la economía real y agravar la herencia para la próxima administración. En este sentido, como el gobierno venía haciendo lo opuesto a lo que se necesita para mantener el dólar blue contenido y la brecha estable en torno al 38%-40%, no debería sorprender que la inestabilidad financiera volviera al centro de la escena macroeconómica desde hace unas semanas.

Detrás del avance de las cotizaciones del dólar “libre” subyace un exceso de demanda de divisas por parte del sector privado impulsado por el exceso de pesos y la incertidumbre respecto a la futura política económica. Justamente, este exceso de demanda de dólares se manifiesta en “el nuevo record” de la demanda de dólar ahorro en julio. En este sentido, en los 22 días hábiles de julio la demanda de dólar ahorro (estimada) alcanzaría un nuevo record de casi US$ 775 millones (que anualizado equivale a US$ 9.300 millones), más del doble del promedio de los meses anteriores (US$ 3.800 millones). Lo más alarmante es que, a pesar de la suba del blue y la brecha, los compradores de dólar ahorro no estarían vendiéndolo en el mercado informal. Lo que deja en evidencia el debilitamiento de la demanda de dinero que, de proseguir, alimentaría las expectativas de devaluación e inflación y potenciaría la inestabilidad financiera. El debilitamiento de la demanda de dinero provoca que la venta record de dólar ahorro no “alcance” para moderar la cotización del blue y a la brecha, dejando entrever que la continuidad en la orientación de las políticas actuales viene siendo percibida en forma negativa. Pero además, como anticipamos, el nuevo brote de inestabilidad financiera pone en jaque a la recuperación económica que se descontaba para el segundo y tercer trimestre de este año, ya que el público podría decidir profundizar su demanda de divisas en lugar de consumir bienes y servicios. Ya habíamos mencionado -explica E&R- que el nivel de actividad empezaría a recuperarse en el 2do. y 3er. trimestre del año con la mejora circunstancial de los ingresos (salarios, jubilaciones y asignaciones) y su respectivo impacto en el consumo privado. Sin embargo, si la mejora de los ingresos reales se vuelca a la demanda de dólar -ahorro y blue- en lugar de destinarse al consumo privado, el proceso de recuperación económica podría entorpecerse e incluso revertirse.

Si bien están claras ambas alternativas hacia donde puede dirigirse el incremento del poder adquisitivo (consumo o dólar blue), por ahora es difícil hacer un diagnóstico concluyente sobre cuál será el escenario final. No obstante, lo que sí se puede mostrar es que el actual proceso de recuperación del nivel de actividad no sólo se encuentra en la etapa inicial, sino que es débil y poco extendido. Más allá de esto último, la política de ingresos oficial tiene como objetivo incrementar principalmente los ingresos de la base de la pirámide, generando aumentos tanto reales como en dólares en las jubilaciones, el salario mínimo y en los planes sociales, poniendo en evidencia la intención de estimular el consumo de los sectores de mayor propensión marginal a consumir, en medio del proceso electoral. No obstante, la mejora del ingreso no se vuelca directamente al consumo de las familias. Por el contrario, los diferentes indicadores que reflejan dicho gasto muestran un comportamiento muy heterogéneo con variables que anticipan una recuperación y otras que todavía exhiben un panorama negativo, que podría acentuarse si se potencia la actual inestabilidad financiera desatada desde hace 15 días. Por ende, resulta fundamental seguir de cerca la “pulseada” entre la demanda de dólares (ahorro y blue) y el consumo privado. No cabe duda que el gobierno maximizará todos sus esfuerzos en bajar las expectativas de devaluación y el consecuente exceso de demanda de dólares, intentando que el gasto se vuelque al consumo de bienes y servicios. El Gobierno utilizará todos los (usuales) instrumentos a su disposición para evitar que dólar blue y la brecha se disparen. O sea, hay que esperar más cepo, más trabas a las importaciones, más maquillaje de reservas y más endeudamiento. Igualmente, más allá de los esfuerzos del gobierno, el “camino” hacia diciembre será volátil e incierto.

Carlos Salvador La Rosa en el diario “Los Andes” explica “la suma del gobierno más politizado de toda la era democrática más el pueblo más despolitizado de las últimas décadas, está dando lugar a transformaciones aún incipientes pero que quizá cambien mucho el escenario público del futuro inmediato. Esa suma contradictoria de politicismo exacerbado por arriba y apoliticismo desmedido por abajo, lo que está dando como resultado es la pospolítica, un territorio desconocido donde los políticos más valorados son los que menos cara tienen de serlo. Una tendencia cultural que llevó a sus extremos Julio Cobos con su no positivo, el cual dio lugar a la proliferación de innumerables candidatos “como la gente”, o sea políticos que se muestran distantes de todos sus colegas y que parecen hablar como el hombre común aunque, en el fondo, digan poco y nada. Hoy los dos candidatos con más posibilidades de llegar a la Presidencia de la Nación -Scioli y Macri- son claros exponentes de ese modo de ser. Ambos no entraron de muy jóvenes a la política, porque dedicaron sus años mozos a la aventura de vivir, uno como hijo de un próspero empresario contratista del Estado y otro como un deportista sin visión política, un play boy moderado y simpático. Pero, en un momento, intuyeron que tenían futuro en las cosas del poder y se metieron con todo dentro de ellas, haciendo una carrera bastante meritoria. Todo lo que aprendió Daniel Scioli, lo hizo desde el peronismo en sus infinitas variantes. La maestría política que le dio su experiencia es valiosísima, sobre todo por su personalidad capaz de absorber todo lo que le enseñan y al poquísimo tiempo transformarse en una copia del que le enseña, sin dejar de ser esa cosa indefinida que siempre fue, que le permite ser uno mismo y todos los demás a la vez. Casi se podría decir que Scioli nació peronista pero no por ideología sino por personalidad.”

“Su gran maestro fue Carlos Menem quien, aparte de enseñarle los lineamientos básicos de la conducción política, fue el único con el que puede haber compartido sinceramente algo ideológico que luego, por necesidades de sobrevivir políticamente, mezcló con otras ideologías hasta hacerlo un matete ininteligible como el que profesa hoy. Scioli acompañó a Menem hasta la puerta del adiós. Luego hizo lo mismo con Rodríguez Saá y posteriormente con Eduardo Duhalde. Se mostró como el más fiel seguidor de los tres y el último en irse. Con los Kirchner hizo lo mismo pero estos, prevenidos contra esa virulenta forma de traición llamada lealtad peronista, siempre le desconfiaron, incluso ahora y seguramente más, mañana, si llegara a ganar. Cristina no cree en su lealtad por más que Scioli la exagere hasta niveles que suenan risibles, del mismo modo que muchos que no quieren a Cristina igual votarían a Scioli porque tampoco creen que su transformación K sea real. O sea, nadie le cree cuando dice algo, pero no por ello dejarían de votarlo porque el fuerte de Scioli es no decir nada y aun cuando se defina para un lado, tiene el talento innato de seguir sin decir nada con lo cual nadie sabe si es leal en serio, si es un obsecuente por naturaleza o si es un hombre presto a traicionar al viejo líder como siempre hicieron los peronistas. Su indefinición es su definición más absoluta, lo que lo hace votable por gente que piensa absolutamente distinto. Otra de las grandes fortalezas de Scioli es que nadie lo hace responsable de nada, en particular de su gestión como gobernador, porque todas las críticas por las innumerables falencias son atribuidas a los intendentes del conurbano o al gobierno nacional, pero jamás de los jamases a su principal responsable. Otro logro colosal.”

Y continúa el análisis: “Scioli aprendió peronismo práctico como ningún otro. Su cuerpo y su mente semejan un gran agujero negro donde puede penetrar cualquier idea y las contrarias sin que ninguna entorpezca a la otra, diluyéndose todas hasta ninguna decir nada, o todo a la vez. Única posibilidad de poder ser neoliberal una década entera y antiliberal la siguiente, con las mismas personas encarando ambas teatralizaciones y sin vergüenza alguna. Scioli siempre fue peronista, jamás se metió en política ya que la política siempre se la hicieron otros, pero los otros se fueron jubilando o los jubilaron, y él, lo más campante. Un peronista básico que nos introduce en la nueva era pospolítica como quien no quiere la cosa. Mauricio Macri es también otro caso original de la pospolítica y quizá hasta un poco más avanzado, porque así como Scioli le cedió la estrategia de su campaña a una política como Cristina, Macri se la entregó a un asesor de imagen, Durán Barba quien, más allá de bosquejarle avisos publicitarios, se convirtió en el gran generador de ideas y políticas que el Mauri compró como si fueran suyas. Es el marketing llevado a su expresión total, acabada, final. El marketing contra la política convencional, diciendo que es la nueva política. ¿Lo será? En un país “esquizofrénico”, de gente apolítica gobernada por gente que cree que hasta dormir es un hecho político, todo es posible. Basta leer a Durán Barba en sus columnas de diario Perfil para ver que lo suyo es una suma de obviedades como aquéllas con las que se vienen haciendo ricos los consultores políticos desde 1983 porque, aunque sus candidatos pierdan, ellos igual cobran. Pero en este caso nos hallamos ante un personaje que se las ha creído más que lo demás porque no aconseja a Macri hacer lo que parece ser de sentido común, sino exactamente lo contrario, lo cual no deja de ser una audacia que puede resultar tan catastrófica como genial.”

“Así, hasta ahora le recomendó que se aliara sólo con los mínimos necesarios pero que disfrazara la alianza llamándola meras adhesiones a su persona, y que tratara de mostrarse lo más antiperonista posible para polarizar contra el peronismo, convencido de que los anti son mayoría. Obedeciéndolo, Macri se alió con la UCR pero poniéndole cara de asco como si él estuviera en un escalón superior y rechazó cualquier acuerdo con Massa, por su componente peronista. Pero ahora, en otra etapa, la dupla Macri-Durán Barba ha decidido algo en apariencia muy diferente: hacer suyas las principales banderas del kirchnerismo, incluso la Aerolíneas Argentinas estatal en su semana de mayor caos. Idear un Macri progre que sea el terror de las derechas y que pueda ser comparado con Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, ya que estos tres “son iguales a Macri porque representan el antisistema. Ellos demostraron que los cambios no se hacen con las viejas estructuras partidarias”, dice sin ningún atisbo de duda el marketinero devenido estratega superior. En síntesis, si no entendemos bien lo que está pasando es porque nos hallamos en terreno de la pospolítica, que ignoramos aún si es buena o mala, si es mejor o peor de lo que tuvimos. Por ahora sólo sabemos que en la era pospolítica Cristina quiere hacer ganar al peronista que más desconfianza le produce de todos los que existen, mientras que Macri convirtió a un consultor en un moderno Aristóteles, Platón o Maquiavelo, viejos asesores filosóficos de reyes y príncipes. Así estamos hoy, con dos políticos en la cresta de la ola, recontraparecidos entre sí, que la competencia política obliga a separarse pero a los cuales la pospolítica ha llevado a una nueva identificación: a que tanto Scioli como Macri deban ubicarse a la izquierda del Che Guevara. Uno prometiendo profundizar las políticas “revolucionarias” del kirchnerismo y el otro más o menos lo mismo, aunque nadie les crea absolutamente nada. Pero de eso se trata la pospolítica, de afirmar algo con la boca, negarlo con el gesto y luego guiñar un ojo como diciendo ni blanco ni negro sino todo lo contrario. Ni no, ni sí. Ni ni.”

Luego de que el salario mínimo se elevara 18,5%, a $ 5.588 desde el 1º de agosto y 10,5% más en enero, a $6.060, el Servicio Penitenciario Federal deberá enfrentar un gran gasto. Se estima que solo en el primer tramo del aumento el gasto adicional sea de $130 millones anuales que se los gira Economía. Lo peor es que una parte de esos giros provienen de la Anses… ¿Y cuál es la mínima de un jubilado? $ 3.821,33, por lo que un preso gana 46% más que éste. Sin contar que el interno tiene, además, la ventaja de que ese salario lo disfruta íntegro porque la comida la aporta el SPF, igual que la luz, el gas y los servicios de salud y educación. Según cuenta Luis Beldi en el sitio “Infobae” desde 2012, cuando Víctor Hortel estuvo al frente del SPF, con «una generosidad desconocida hasta ese momento, el salario mínimo se extendió a casi todos los presos, aún a los que no trabajaban. Hortel, que había formado «Vatayón Militante», un grupo afín a “La Cámpora”, pretendió incluir a los presos en el movimiento kirchnerista. Les dijo que iban a ser parte de la revolución y decidió transformarlos en militantes. Para divertirlos se organizó una murga. Hortel toca muy bien el redoblante y el saxofón. La murga la bautizó «Negros de mierda», que incluyó a femicidas como el asesino de Soledad Bagna. Ellos iban a mítines políticos con mínima custodia. Los presos estaban en el paraíso. Gozaban de privilegios nunca vistos. Sus celdas tenían plasmas, equipos de música. Había lavarropas táctiles y juegos de computadora. A veces los militantes venían de visitas y las pizzas y cervezas corrían por los distintos pabellones. El porro era parte de ese festín. Los guardias tenían prohibidas las requisas en horas de la noche, lo que le daba a los internos vía libre para la fabricación de «facas», cuchillos tumberos”.

“Entretanto, se repartían a discreción las anotaciones de trabajo de 200 horas mensuales que permiten cobrar íntegramente el salario mínimo. En Devoto, nadie, trabajara o no, quedó al margen del beneficio. Si alguien no lo percibía hacía una presentación a la justicia e inmediatamente se lo aprobaban. A mediados de 2012, como casi todos los prisioneros cobraban el salario mínimo fundaron el Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulante, que adhirió a la CTA oficialista. Afortunadamente, el actual director del SPF, Emiliano Blanco, apeló la medida y la personería jurídica está suspendida. (…) ¡La Argentina es el único lugar del mundo en que el preso es sostén de familia!» Axel Kicillof lanzó su primer spot de campaña. El ministro de Economía busca una banca en la Cámara de Diputados y encabeza la lista del FpV en la Ciudad de Buenos Aires. En el envío, se hace alusión a distintas medidas del Gobierno, básicamente estatizaciones, como la de los fondos de pensión, la de Aerolíneas Argentinas y la de YPF; igual que Macri y Scioli. El leitmotiv, se podría decir, del spot es un juego de palabras que terminará con las iniciales del ministro: «AK». Como aquel rifle soviético (el AK 47, luego modernizado en AK 74) creado durante la segunda guerra mundial. Cómo son las coincidencias (o no): por su ideología, que apunta a una economía hiperplanificada en virtud de un Estado intervencionista, al estilo de la Unión Soviética, Kicillof fue apodado «el Soviético» por el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.

Y si bien Kicillof prefiere definirse como un economista keynesiano, insisten en ubicarlo dentro del espectro del marxismo. Así lo sostiene el periodista Ezequiel Burgo, quien escribió “El Creyente”, una ¿biografía? del ministro de Economía de Cristina Fernández: «Él no se definirá como marxista -dijo Burgo en una entrevista al diario “La Nación” en 2013-, hoy se define como keynesiano. Cuando yo digo que es marxista es porque él es una persona que analiza la economía a través de las categorías que construyó Marx y analiza la economía en términos de la dinámica que construyó Marx. Lo que no quiere decir que él no tenga una visión crítica de la obra de Marx, pero yo digo que es marxista porque esa fue su primera aproximación a la ciencia económica y todavía el sigue aproximándose a través de esos ojos, por más que él se defina como keynesiano. Eso para mí es un envoltorio nuevo de Kicillof, tal vez ad hoc. Decir que alguien es marxista no es ni bueno ni malo. Es como que digas que alguien es keynesiano o monetarista. Yo no lo veo keynesiano. Para mí no es un macroeconomista. Es un especialista en el pensamiento económico y dentro de eso en economía marxista».

¡La biblia y el calefón, esta es la herencia del cristikirchnerismo luego de 12 años!

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