Por Oscar Edgardo García.-

Una actividad casi tan antigua como la existencia de las propias monedas, y que se realiza desde la época de la Antigua Roma, es el juego o apuesta que consiste en arrojar una moneda al aire, por parte de uno de los participantes o por una persona neutral, procurando que la moneda gire rápidamente y mientras la moneda está en el aire, o antes de lanzarla, uno de los participantes expresa su elección para adivinar qué faz de la misma quedará hacia arriba, escogiendo cara o cruz.

Esta práctica se mantiene vigente en nuestros días y es habitual realizarla en eventos deportivos donde se decide de ese modo qué equipo elige campo o saque.

La grave situación actual del país al presentar una gran incertidumbre sobre su futuro no posibilita hacer pronósticos con un apropiado grado de certeza por lo que la realidad nos conduce imaginariamente a esta antiquísima costumbre en razón de que los vaticinios equivalen a una moneda arrojada al aire que hace que su resultado final dependa de que al caer sea cara o cruz.

Seamos optimistas pensando en que la moneda caerá del lado que nosotros hayamos elegido y que la Argentina encontrará el rumbo adecuado para su crecimiento y desarrollo futuro, satisfaciendo las necesidades de su pueblo y dejando de lado la incompetencia y el objetivo de la clase política de eternizarse en el poder sin solucionar los problemas reales.

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