Por Guillermo Cherashny.-

La sorpresiva aparición de Carrió difamando a Ritondo, Monzó, Vidal y Frigerio, acompañada por la jueza Arroyo Salgado -que se retroalimentan entre – fue un intento de agradar a Macri, quien comparte con la líder de la CC la obsesión con Sergio Massa, a quien quieren cancelar del mapa político argentino. Pero las dos damas metieron la pata, porque pusieron en el banquillo de los acusados al camarista de casación Mariano Borinsky, a quien el cristinismo acusó de jugar al paddle con Macri y al que vincularon con la defensa de un fiscal supuestamente acusado de narcotráfico. No es un descalificación política; es una imputación muy grave que el camarista no le dejara pasar a la jueza Arroyo Salgado quien por televisión dijo que la causa de la fiesta de Olivos el gobierno la apartó por el sistema de forum shopping. Da la casualidad de que la citada jueza, al procesar a varios periodistas, usó el sistema del forum shopping, porque dio curso a esa causa por el domicilio de un general retirado que vivía en San Isidro, cuando correspondía iniciarla en la Capital Federal.

El objetivo de Carrió es difamar a quienes cree que tienen relaciones con el ministro de economía; en cambio la jueza quiere seguir cometiendo arbitrariedades en esa causa que fue la causa por la cual Borinsky la apartó. Además, la jueza confundió sus problemas personales con el Dr. Roccetti, que no intervino en esa causa del fiscal de Scapolan ni fue el que la recusó. Y tampoco lo hizo el Dr. D’angelo, el otro asesor de Cristian Ritondo, lo que demuestra que la dupla Carrió-Arroyo Salgado desató una cacería llena de falsedades a las que Elisa Carrió nos tiene acostumbrados. Pero esta vez la desató con sus socios de juntos por el cambio.

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