Por Carlos Tórtora.-

Luego de no pocas idas y venidas, Gerardo Morales quedó ubicado en la postura más dialoguista sobre la negociación de la deuda, en tanto que Horacio Rodríguez Larreta aparece más crítico. En una postura conciliadora, Patricia Bullrich tercia entre ambos. Desde la oposición, consideraron cancelado el diálogo y definieron que ya no aceptarán reunirse con Guzmán. En este contexto, el gobernador jujeño parece haber quedado en minoría. En Juntos por el Cambio ya dan por cerrada la posibilidad de reunirse con el Gobierno y se desentienden de la suerte de la negociación. Tendrán una reunión de la mesa nacional que será presencial, con varias horas de trabajo, el 9 de febrero. Y el 18 de febrero habrá un encuentro nacional de legisladores. A todo esto, Morales tendría comprometida su asistencia a las futuras invitaciones del gobierno, junto con los mandatarios mendocino, Rodolfo Suarez, y correntino Gustavo Valdez. La postura de Morales de que la deuda la contrajo la gestión de Mauricio Macri y que, por lo tanto, hay que asumir responsabilidades, es una bisagra dentro de JxC. Fernando Iglesias fue el más duro en contra del jujeño al decir: “Desde el crédito del FMI (2018) hasta el final de mandato de Macri la deuda total bajó. Los fondos se usaron para pagar deuda que estaba a mayor interés. No ‘contrajimos la deuda’, ignorante. Tuvimos que pagarla junto con el déficit fiscal que dejó el peronismo. Estudiá”.

El mito de China y Rusia

A todo esto, la oposición no alcanzaría a dimensionar si las negociaciones en marcha con Rusia y China pueden variar la suerte de la negociación. Se puede pensar que la estrategia negociadora del Gobierno, o de Cristina, es la de jugar fuerte, tan fuerte que no sólo contemple críticas a Macri y al organismo financiero, sino que deje flotando en el aire la posibilidad de que existan otros financistas para la Argentina. Sin embargo, tal situación parece compleja. Un funcionario que quiere acordar con el FMI lo antes posible está convencido de que los que creen que China va a exportar la revolución «van a tener que seguir postergando la ilusión».

Por otro lado, una parte del Gobierno tampoco ve fácil una financiación alternativa vía Rusia. «Si no estás geográficamente cerca de Estados Unidos, ¿por qué vas a convertirse en un socio estratégico de Rusia?», se preguntaba ayer un funcionario.

Lo cierto es que más allá de idas y vueltas la negociación con el FMI por la renegociación de la deuda sigue, aunque la incertidumbre sobre un posible default crece.

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