Por Ovidio Winter.-

Finalmente, como era de prever, el grupo Midachi, que supo hacernos reír a carcajadas terminó siendo una víctima más de la grieta cavada por el matrimonio que prefirió jugar con fuego frente a la necesidad de unión y consensos que tanto necesita nuestra Argentina. Una grieta que llegó hasta lo más profundo en una sociedad que necesitaba más que nunca de consensos para dejar atrás un período de decadencia como no se registra en ningún otro país del planeta, haciendo casi imposible la reconciliación entre hermanos.

“La Patria es el otro”, dijo alguna vez CFK y se los hizo creer a muchos militantes. ¿Pero saben qué? Era mentira. El otro fue el enemigo al que había que odiar y destruir si es que osara interponerse a la consigna del «Vamos por todo».

De todo lo que nos falta, que es mucho, y de lo que necesitamos, que es más, sólo quedan noticias tristes como ésta, la disolución de un trío que tenía mucha empatía, a la vez que se divertían y nos hacían divertir con sus ocurrencias desfachatadas sobre cualquier escenario.

¡Cuántas veces los habremos visto improvisar, saliéndose del libreto, porque con sólo mirarse les brotaba alguna salida pícara y desprejuiciada! No había egos ni luchas por dinero o protagonismo; eran tres hermanos sobre un escenario.

Hoy, la grieta, que todo lo destruye, logró lo que ni los años ni la cotidianidad habían podido: romper entre ellos la amistad que se profesaban.

Hoy, Volpato y Del Sel archivarán las marquesinas que anunciaban a Los Midachi; tal vez se llamen Los Michi, que sonará a gatito.

O tal vez, se llamen a silencio y no nos digan nada más.

Share