Por Sebastián Dumont.-

En la extensa entrevista que CFK brindó a Infobae, hubo un mensaje explícito a los intendentes de la provincia de Buenos Aires que ayuda a entender esta nueva relación donde vacila entre la tensión y la distensión. Entre la confianza y la desconfianza. La ex presidente hizo referencia a que su candidatura fue consensuada y no una decisión individual. Y allí apuntó a los jefes comunales. Lo hizo casi a pedido de ellos ya que era la única que podía garantizar votos. Eso es lo que manifestó, pero además les recordó que muchos el año pasado pensaban armar un espacio sin ella. Eran los tiempos del operativo clamor para que CFK no sea candidata. La ex presidente sigue sosteniendo en privado que quiere ganar esta elección para mantener su “invicto” y luego excluirse de la elección de 2019 sabiendo que sería muy difícil que pueda ganar una segunda vuelta.

La relación entre CFK y los intendentes tiene sus vaivenes. En la previa de las PASO el rol de los jefes comunales no fue muy notorio y se lo hicieron saber a la ex presidente. Con el resultado de las primarias tan ajustado, se recalculó la estrategia. Y en ella tras reuniones con los alcaldes, se configuro una nueva relación, pero es de pura conveniencia mutua. El relanzamiento de la campaña el domingo en Florencio Varela no mostró nada nuevo de lo que se venía hablando, aunque si hubo una foto de los jefes comunales todos juntos quienes compartieron un asado al mediodía antes del acto. Allí volvieron a estar los que antes integraban el grupo Esmeralda y el Fénix. La pelea de fondo se dará entre ellos cuando se discuta la conformación del PJ bonaerense que los alcaldes quieren para sí.

Por ahora, la campaña a un mes de las elecciones, los mostrará a los jefes comunales del peronismo tratando de sostener su listas en los territorios sin desconocer el aporte propio que genera CFK en los distritos, pero con una clara señal que buscará revertir lo de las PASO, es decir, que las listas locales obtengan más votos que la nacional, cuestión que en casi todos los casos se dio a la inversa el 13 de agosto.

De todas maneras, las conversaciones con otros sectores siguen en pie. Sobre todo con Sergio Massa quien este fin de semana volvió a dar señales que no cierra la puerta para un acercamiento con el peronismo en su definición del “peronismo del siglo XXI”. El ex intendente de Tigre arrancó su campaña en recorrida maratónica por el conurbano bonaerense, donde hizo fuerte hincapié en la primera sección electoral. Allí está puesta gran parte de la mirada ya que se juega los lugares en el senado de la lista que encabeza Sebastián Galmarini. Mucho más después que trascendiera que desde Cambiemos buscarían sumar para que Massa se quede sin senadores provinciales por la estratégica sección. Lo que está en juego es el futuro en la legislatura, y las usinas del oficialismo juegan a generar la idea que quisieran terminar con acuerdos preexistentes en ese ámbito. No será sencillo. Por ahora, están lejos de los dos tercios que se necesitan para avanzar en temas clave.

Por el lado del oficialismo, el viernes Vidal reunió a los intendentes en San Isidro y los arengó para sumar más de 20 mil votos y ganar las elecciones. Es una forma de decir. La realidad es que aspira a mucho más. Y han instalado con eficacia que los números le son favorables. De todas formas, no es la misma realidad en todos los municipios. Aquí se da a la inversa la situación que se produjo en municipios donde gobierna el peronismo. Hubo muchos casos en los que la lista local de Cambiemos obtuvo más votos que la provincial de Esteban Bullrich. El nivel de desconocimiento del ex ministro de Educación puede ser un argumento, pero que ya no vale para este turno electoral. La mirada se posará sobre ello también a la hora de evaluar las lealtades.

Sí está claro que uno de los ejes de Cambiemos en el conurbano será poner en valor la obra pública. “Obra que empieza se termina”, es el argumento que se esboza para diferenciarse del kirchnerismo y su oscura relación con este ítem.

Los números que están en danza muestran que en los distritos oficialistas hay un crecimiento de Cambiemos. Y sobre todo en aquellas comunas del interior que son clave por su número de electores. En Mar del Plata, que es el segundo padrón detrás de La Matanza, Vidal mira números alentadores. Por eso eligió esa ciudad para retomar la campaña con la particularidad que fue hasta allí pero evitó mostrarse con el intendente Carlos Arroyo una vez más. Pero no solo eso, cuentan en la ciudad feliz que hasta el propio armador de la quinta sección electoral, el radical Maximiliano Abad se habría enterado de la presencia de la gobernadora cuando ya estaba en tierra marplatense. Método Cambiemos. Por ahora les dio resultado.

La campaña se relanzó y la elección determinará mucho más quienes serán los futuros legisladores. Servirá para ordenar o desordenar aún más a sectores como el peronismo. A esta altura, muchos se preguntan que es lo más conveniente para el oficialismo, que gane o pierda CFK. Lo mismo se cuestionan en el PJ. Todos ya con la mirada en 2019, donde se juega el poder en serio.

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