Por Máximo Luppino.-
Los tiempos de paz huyen desplazados abruptamente por las elecciones legislativas que se aproximan a paso redoblado. Los políticos de la oposición, como los oficialistas, pintaron ya sus rostros con bélicas tinturas. Los acuerdos y concertaciones de obligada convivencia política parecen caer en profunda somnolencia. Sólo se escucha la forja de armas que trabaja a destajo.
El escándalo de la vacunación vip llenó de estupor a propios y extraños en el seno de una sociedad que pugna por la igualdad de derechos. Todos coincidieron en lo incorrecto y aberrante de este privilegio insoportable para los tiempos democráticos que deseamos vivir. El gobierno de Alberto Fernández acusó el golpe. Las balas habían traspasado la fuerte armadura oficialista, a tal punto que el ministro amigo del presidente, hombre de prestigio sanitario histórico tuvo que “colgar los guantes” en forma forzada.
El humor social crítico al manejo discrecional de la vacunación fue aprovechado al máximo por la oposición. Esto originó el 27F, marcha de repudio al gobierno. Hasta aquí todo previsible, pero la falta de mesura y el mal gusto entró en escena y “aparecieron” las bolsas mortuorias con nombre y apellido de personas y de agrupaciones políticas. Ahora la pelota de la justificada irritación picó en campo gubernamental. Lo grave es que no asomó un repudio de los contrincantes a tan magno ejercicio de agresión y violencia.
Así llegamos a la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional donde Alberto, cercado por opositores y por el lacerante “Fuego Amigo”, sopla con profundo ímpetu “las caracolas de guerra” en un mensaje claro tanto para afuera como para las inquietas huestes propias. Pareció que el presidente digiera: “Ahora, guerra sin cuartel”… La otra mejilla de Alberto se guardará hasta luego del resultado electoral de las drásticas elecciones 2021.
Mauricio Macri pretendió olvidar el endeudamiento monstruoso que encarceló las finanzas de la Nación. Alberto Fernández no sólo se lo recordó a viva voz sino que anunció que el Estado Argentino procederá a denunciar al expresidente y colaboradores por un “préstamo” millonario en miles de millones de dólares sin saber dónde fue esa masa gigantesca de dinero. “Tantos millones para ni siquiera inaugurar una garita de colectivos”. “¡Se fumaron toda la guita!” Afirman los pasillos del congreso nacional…
Se aproximan tiempos difíciles. El enfrentamiento entre dirigentes acarrea más hambre de la reinante en el país. Aún parece que no hay conciencia plena del delicado estado social que vivimos.
Los tiempos de compulsa electoral despiadada ocasionan atraso, rencor y más miseria social. Reina el que “triunfa” y el que “pierde” marcha al desierto del ostracismo social.
No perdamos de vista la obligada convivencia inteligente que las personas debemos ejercer. El presidente de la Nación balanceó con destreza las fuerzas políticas en pugna. Al equilibrio presidencial algunos “talibanes” de turno lo tildaron de “tibieza”…
La capacidad de conciliar denota fortaleza espiritual e intelectual. Nos gusta el Alberto Fernández contenedor y persuasivo con capacidad de insistir en lo correcto para el pueblo y la Nación.
En Argentina vemos que casi todos los gobiernos fueron lastimados más por el fuego amigo que por los ocasionales rivales. Este es un signo inequívoco de ignorancia dirigencial.
La hoja de ruta política parece estar ya determinada por los generales de los ejércitos internos. La orden es: ¡preparémonos a batallar! En vez de construir viviendas, producir y progresar, vamos a ventear energía disputando la conquista de despachos por ocupar.
Recordemos que por regla general despachos superpoblados suelen ocasionar fábricas desiertas con persianas bajas.
Pensemos con el corazón en la necesidad del bien común. El contrincante electoral no es un enemigo.
La consigna debe ser producción y trabajo, estudio y preparación. ¡DIOS ilumine a todos nuestros dirigentes! ¡DIOS proteja a la Argentina!
04/03/2021 a las 9:35 AM
Incluidos Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, todos los funcionarios son empleados públicos a sueldo pagados por el soberano pueblo argentino, designados bajo el reglamento de La Constitución Nacional, a la cual-como empleados- están obligados a cumplir con las obligaciones y responsabilidades bajo las cuales fueron designados.
Si por trasnochado delirio o repudiables intereses espurios pretenden modificar el reglamento constitucional bajo el cual fueron designados, deben renunciar a sus cargos (o ser destituidos) para que propongan los cambios que pretenden desde el llano. Si pretenden hacerlo desde sus puestos de empleados públicos estarán faltando a -y violando- sus obligaciones y responsabilidades y deben ser inmediatamente imputados y destituidos.
04/03/2021 a las 10:07 AM
Que los gobernantes deben rendir cuentas por sus actos (obedezcan estos a un «trasnochado delirio» o a «repudiables intereses espurios») es un asunto por demás incuestionable e inobjetable. Pero sucede que Argentina tiene la desgracia de estar habitada por una mayoría de individuos que están muy lejos de ser considerados ciudadanos. De hecho, son lo más parecido a una masa anestesiada o a una manada de borregos, cuya capacidades de observación, análisis y criticidad se arrastran patéticamente al ras del suelo. Engañados y sodomizados por los políticos durante décadas, siguen apostando, esperanzados, al delirante y pernicioso hábito de introducir cada tanto un papel en una caja de cartón. Hábito que aman y al que llaman democracia (sistema de probada ineficacia y absoluta perversidad). No sirve de nada despotricar contra los políticos y contra la corrupción generalizada, si no se tiene en cuenta que para quitarnos el lodo y dejar de ser cerdos, no solo debemos bañarnos, sino también salir del chiquero (chiquero: democracia).
04/03/2021 a las 10:23 AM
En cuanto al autor de esta nota, solo puedo expresarle mi desprecio y mi lástima. Solo un ser despreciable puede ser capaz de inclinarse, sumiso, obsecuente y esperanzado, ante una legión de sucios bastardos como los políticos. Sobre todo, después de casi cuarenta años de tragedia democrática.
04/03/2021 a las 11:14 AM
Coincido en todo con el comentario anterior. El autor de la nota pretende ignorar que el discurso de barricada de su admirado presidente delegado es propio de un dictador bananero, incitando al odio y a la división, echando culpas a diestra y siniestra, sin reconocer ni una propia. No defiendo a Macri, fue un fracaso económico total, pero el dinero que se pidió al FMI se utilizó en gran parte para pagar deudas del gobierno de la multiprocesada, y el resto para financiar el monstruoso déficit fiscal. Si no hubiéramos recibido ese dinero, esos compromisos deberían haber sido cubiertos con una descomunal emisión monetaria, resultando en una inflación galopante.
Y este señor, que trasunta tantos «principios morales» en su discurso, avala a un gobierno de facinerosos y saqueadores, multiprocesados y convictos por corrupción. Es repudiable.
04/03/2021 a las 11:16 AM
Aclaración: el comentario anterior al que aludo es el de THE AVENGER.