Por Carlos Belgrano.-

En menos de un mes, todos los acertijos sobre quién ocupará La Rosada serán develados, por una desintegración casi póstuma del PRO y que sobrevivirá regionalmente merced a algunas gobernaciones que ya tienen nuevos inquilinos.

Pero que en nada habrán de modificar los efectos extintivos de una vuelta de Macricio como líder de una oposición tan agusanada como el actual oficialismo K.

De quienes, los que encabeza La Piba, sólo se distinguen por ser un poco menos ordinarios que sus supuestos rivales, pero que, en esencia, nada intrínseco establece una diferencia sustantiva entre ambos.

El famoso affaire sobre el escándalo de la Obra Pública precisamente acreditó dicha asociatividad en lo anómalo y puso de manifiesto que los Macri fueron socios a partes iguales con Kretina y los suyos.

Para armar el tramado de la sobrefacturación, con una brutal e idéntica gimnasia defraudatoria en perjuicio del Estado Nacional y muchos Provinciales con modelos calcados.

De los 54.000 millones de dólares que el FMI le entregó a Macricio, ningún juez de Comodoro Py inició ni una mínima pesquisa, porque la corruptela en esa Catedral Generadora de la Deuda Pública, los allí entongados son todos conspicuos socios.

Y, por mucho que deseen exhibir que los de la Mesa Judicial Macrista y sus aparentes némesis de Justicia Legítima K, en el instante mismo de surgir chispazos que ponen en peligro la integridad de ambos sectores políticos, activan el funcionamiento de la maraña legislativa que, a este exclusivo efecto, fue promulgada con un único señero propósito.

Ergo que la única justicia en pos de subsistir como imperante sea la lubricación del gatopardismo, que logró el increíble efecto de que, hasta el presente, sólo El Gran Hermano Lázaro y un prófugo -Rodríguez Simón-, constituyan el producido de una persecución judicial inexistente.

Que esta irredenta alcohólica pro sionista -Bullrich-, además de sus aptitudes vitivinícolas, en su momento fue la madrina de la Villa 31 junto a ese hampón -El Padre Mugica-, nadie de su sector se atreve a recordarlo.

Como tampoco que, en tiempos de chupete De la Rúa, fue la signataria de una reducción del 13% de los mendrugos que les pagaban a los jubilados.

Gabinete aquel, también integrado por un zoquete de alta jerarquía -López Murphy-.

Y, para completar este elenco de terror, dicen que, en caso de imponerse, Melconian -un grasa oriundo de Valentín Alsina-; el mismo que secundó al mingo Cavallo en la licuación y estatización de la deuda privada de Arcor y demás gangsters de la Unión Industrial, arreglará el pandemonium económico.

Posiblemente merced a medidas similares para favorecer a los empresarios prebendarios que actualmente financian a este grupo de imbéciles e ignorantes.

Massita -mecenas de Milei-, quien ya destetó de su creador -el Gepetto Eurnekian-, porque considera que ya tiene vuelo propio y, se encamina hacia la presidencia, como el excluyente emético, en aras a que Kretina logre ponerse a buen resguardo y, a la que le ofrecerá todo el soporte logístico para que se profugue y que, hasta ahora, corre con viento de popa.

Este menú electoral que, en grandes y groseros trazos tenemos con miras al horizonte decembrista, no creo se torne en demasiado diferente al descrito.

Sencillamente, por la inexistencia de otros contendientes que pugnen por imponerse y no sean otra cosa que retazos peronistas igualmente feroces y putrefactos -vgr Schiaretti & el estanciero bonaerense Randazzo-.

Pero, sin perjuicio de la hedionda fragancia que se ha apropiado de todos estos fusilables, el caso es que este eructo Milei constituye un epifenómeno, ya no de la decadencia argentina, sino de la insumable cantidad de excesos que ya cuenta con cuarenta años de antigüedad.

Es más, soy de la idea de que sólo una creación kirchnerista como este engendro -de características acriolladas de una novela similar a la de la desdichada Mary Shelley-, era, diría que inevitable, para que, una vez investido de la presidencia, logrará, y sin mayores contratiempos, efectos contundentes.

Apenas para poner en carne viva la temible dominancia que los gordos de la CGT pondrán de manifiesto, en pos de seguir cogobernando, como desde los tiempos en que Onganía, comenzó a coquetearlos a Vandor y Alonso a fines de los sesenta.

Con Milei -aunque el lector infiera como una predicción de ribetes novelescos o fantásticos-, se habrá de reeditar con matices diferenciales de este siglo 21-, algo bastante compatible con lo acaecido en el gobierno de Isabelita Perón.

Desprovisto esta vez de las orgas terroristas pero con un crecimiento exponencial de la gangrena sindical que, llegado el caso, tomará el modelo de la Triple A, como su ejército paramilitar, para suprimir físicamente a quienes se les opongan.

¿Cuánto podrá perdurar su vigencia?, bueno, en realidad lo ignoro, pero no creo se extienda por algo que exceda mucho más que un semestre.

Por cuanto a los guerrilleros y subversivos de antaño los habrán de reemplazar Los Piqueteros, que irán en procura de proteger a costa de sus propias vidas sus privilegios de la vagancia y los ingentes obsequios a los que jamás renunciarían por las buenas.

Y, en medio del desarrollo de esa disputa, será finalmente sanador que, una guerra civil que, del otro lado de las barricadas, tendrá a una acosada burguesía.

Que acorralada por el inminente peligro de que sus propia viviendas y pymes, negocios y chacras sean expropiadas, finalmente los obligará a armarse de un valor del que ahora carecen, para evitar ingresar en la categoría de neo pordioseros.

Por ello, es una posibilidad muy potencial que…

EL «DETONADOR» MILEI SEA LA SOLUCIÓN.

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