Por Luis Américo Illuminati.-

Si bien es cierto que «el hábito no hace al monje», es mucho más cierto que el ropaje usado para el espectáculo del circo hace a los payasos.

La portavoz del Gobierno «K» Gabriela Cerruti les pidió a las mujeres que criticaron la estrafalaria vestimenta de la comitiva oficial, que dediquen esa energía en trabajar para lograr la igualdad de género. Pero ocurre que Cerruti en sus cortantes respuestas no amortigua el golpe «rápido y furioso» que asesta contra cualquiera que critique al gobierno. Y a su prédica de «igualdad de género», de la cual se cree portaestandarte, la lleva hasta las últimas consecuencias, dando lecciones de ética y arremetiendo contra gigantes y genios malos totalmente inexistentes. Como una iracunda amazona preocupada por la mujer argentina, fustiga con rebenque, sobreactuando su papel imitando a la vicepresidenta Cristina Fernández.

Gabriela Cerruti debe imaginarse que con su lengua se arregla todo, aunque la novia de Chucky o de Frankenstein ocupen puestos claves en el «fenomenal» gobierno de la que es la portavoz. El país se viene abajo y la comitiva oficial vuelve del maravilloso tour que disfrutaron a sus anchas. Y en la foto se los ve sonriendo como si regresaran de un viaje a la Luna. Sonríen tras haber viajado como duques, alojados en los hoteles más caros, habiendo gastado una fortuna como si fueran magnates de un país floreciente mientras la inflación devora los bolsillos de la gente…

Sonríen como turistas millonarios mientras hay muchos argentinos comiendo de la basura. Con lo gastado podía haber almorzado y cenado mucha gente que está en la más absoluta miseria. Lo mismo sucedió en los anteriores viajes de Alberto que hizo a Rusia, China y otros países europeos, suplicando inversiones y dando vergüenza. Volvió sonriendo como una estrella de cine, pero con las manos vacías. Y encima se cree todo «un estadista»…Un estadista de un país que él y su jefa a quien obedece ciegamente, lo han dejado en coma. Tenemos un «estado de coma».

Y son tantas las dudas, incredulidad y escepticismo de casi todo el país de que la alegre «comitiva» haya conseguido algo bueno, un mínimo respiro, alguna fórmula para detener esta salvaje inflación que sube y sube y la pobre gente baja y baja, hundida en la desgracia, sufriendo los incontables desaciertos y experimentos a los que la ha sometido el dúo Fernández & Fernández quienes manejan el destino de los argentinos desde hace tres años. Tres años de calvario.

¿Dónde está el Estado ético que se merece la gente? Un Estado ético que debe ser la expresión de la razón y el Derecho, una fórmula racional que le permita a la sociedad salir de la ciénaga en que la metieron los Kirchner, con la ayuda de gente amoral, nihilista y mentirosa. Dan ganas de pedirle «a la comitiva» (gente que come muy bien) que la próxima vez que viajen y se vayan de tour, es mejor que nos saquen la lengua antes que tener que soportar sus sonrisas tan falsas como billete oficial de ida y vuelta a la Luna de Valencia.

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