Carlos Fara analiza con Carlos Tórtora el próximo capítulo político.

CAT: ¿Qué observación hacés de los primeros anuncios?

CF: El gabinete está hecho un poco a imagen y semejanza de Mauricio. En el sentido de que entre un gabinete de representación política o un gabinete con la lógica de confianza. Yo opto por esto segundo. Va más allá de los gustos políticos de los actores. Lo cierto es que se juega a tener algunos resultados y algunas cosas bien controladas de entrada. Entonces, más allá de eso, no sé si hay mucho margen como para hacer otra cosa que tener un gabinete sobre el cual él tenga control y no tenga que andar negociando. Un equipo bastante armado, que se conozcan entre ellos, que le evite andar como administrando el conflicto. Entre los personajes por la representación política, desde ese punto de vista, veremos. Tengo un interrogante sobre quién hace política, más allá de que obviamente hay personajes de trayectoria. De esto a la práctica política, es otra cosa, es otra escala. Cuando uno llega al Gobierno Nacional es por lo que tiene que ver con el perfil y nada más que la concreción de las cosas que eran como que en algún momento se iban hacer: paritarias libres pero tratando de llegar a una especie de gran consenso, el tema del impuesto en las ganancias, las retenciones, etc. Para mí, han ido sobre el tema se cepo, han desinflado expectativas y me parece que eso es lo más complejo de todo, no por el cepo como tal, sino por el hecho de que vos hacés mal esa movida y muchas otras cosas pueden salir mal, aunque el resto de la decisiones estén bien tomadas. Por ahí está buenísima la política monetaria pero si vos tomás una mala decisión sobre el cepo, se escapa el dólar y no te da, porque generaste expectativas inflacionarias y un cálculo de rentabilidades.

CAT: ¿O sea que hubo un paso al gradualismo?

CF: Bueno, por lo menos a la cautela respecto de qué pueden hacer con ese tema específicamente. Después, seguramente va a agradecer las impresiones más importantes de la liberación del cepo a lo largo del camino, pero la realidad es que este cepo está en primera línea. Todo el mundo le va a sacar una foto, ¿qué hacen con el cepo el 11? Además, genera muchas expectativas porque, si atrás no tenés los dólares, empieza una cantidad de especulaciones: si el dólar subirá y después bajará a $ 14 en algún momento, por especular, pero los sindicalistas no van a ir a la mesa de negociación diciendo: “como bajó a 14 me quedo tranquilo.” ¿No? Porque hasta cantarle a Gardel tiene una función inflacionaria complicada. Yo diría que han ido para atrás. Es un tema complejo y también entiendo que el tipo, donde se baje, si los tipos me esconden los números, tampoco sabe muy bien con qué se va a encontrar. Lo de Vanoli me parece muy exaltado. Tienen que mostrar un gesto de autoridad fuerte de entrada, cueste lo que cueste. Le van a buscar la vuelta; van a buscar astutamente sacarlo del medio. Tampoco están inflando muchas expectativas, no le están echando leña al fuego, ¿no?

CAT: Son tranquilos…

CF: Sí, son tranquilos en apariencia. Porque creo que son de tomar decisiones fuertes.

CAT: Lo que más me llama la atención no tiene que ver con ellos exactamente, sino con el peronismo, porque es de manual que iban a entrar en una especie de aluvión con múltiples acusaciones la noche de las elecciones: pedidos de renuncias. Una clásica crisis virulenta del peronismo ante una derrota, cosa que ya hemos visto varias veces. Y sin embargo, apareció Cristina con Scioli, sonriendo. De los gobernadores ni uno solo les pasó factura. Parece existir un consenso sobre que no conviene demasiado que esto estalle en mil pedazos.

CF: Totalmente de acuerdo. Yo no imaginé que iba ser el ‘83 esto, por poner una referencia. Porque está Cristina, porque Cristina es una líder, ¿no? Le gusta más; le gusta menos, etc., etc. Me parece eso, por un lado.

CAT: Pero podía haber aparecido un intendente que dijera: “pido la cabeza de Cristina” y tampoco apareció.

CF: No, Cristina tenía un sistema tan rígido que ahora uno puede tomar distancia y decir “bueno, en esto perdimos, en esto nos equivocamos”, cautelosamente y paulatinamente. Pero prácticamente, excepto los que se fueron con Massa, nadie puede decir ahora que estuvo todo mal. Esta mina se tiene que ir porque fue un desastre, porque todos estaban adentro. Con lo cual, les quita posibilidad de que puedan quedar en off side y un poco ridículamente en el corto plazo. Me parece que a nadie le conviene eso y, por otro lado, el tema es cómo salen jugando para negociar en bloque y no que los vayan casando de a uno.

CAT: Exacto; lo que ellos han descubierto es que el macrismo se puede aprovechar muy bien de que haya cinco peronismos para arreglar con uno y otro. En cambio, mientras haya un solo peronismo formal, es más difícil.

CF: Claro, eso sin duda. Además, respecto de otra situación de la historia, me parece que hoy todo el mundo está en condiciones de leer la opinión publica. El que quiera quedar dentro de la cancha con futuro tiene que ser cauteloso dentro del peronismo y respecto del gobierno de Macri. Además, con respecto al gobierno de Macri, ni hablar, por el hecho de que ahora la caja la tiene él y es la mayor concentración de recursos que haya tenido un presidente, por lo menos del ‘83 para acá.

CAT: Además, sería totalmente injusto empezar a hablar contra Macri cuando todavía no llega al poder.

CF: Totalmente, pero me parece que el peronismo va a tener una digestión lenta y compleja de la situación.

CAT: Lo cual nos lleva a otro problema, el de la impunidad y política. Hay cuentas pendientes y son una cuantas que andan dando vueltas. Los expedientes van y vienen; algunos los tapan y otros la destapan, pero después está todo lo que va aparecer ahora como por acto de magia en municipios, conurbano y a nivel nacional. Van a destaparse la falta de documentación, la desaparición de pruebas, las compras de último momento, las designaciones irregulares. ¿Qué pasa con eso? ¿Quién lo asume? La justicia lo asume sin el peronismo y sin el gobierno, o sea, lo asumirán los jueces por su cuenta y nadie se meterá, nadie querrá poner demasiado el acento en eso, ¿o no?

CF: A mí me da la impresión de que Macri dice: “si la justicia la investiga, OK; si la justicia lo investiga, yo tampoco voy a armar un revuelo”. ¿Por que? Por la famosa frase de Cacho que terminó mal: “Si no les podemos dar pan, démosle presos, ¿no?” Y al final, en la primera movida apareció… que no era ni de preso.

CAT: Claro, pero acá se puede armar por equis factores. No hace falta que Macri lo organice…

CF: Sí, pero viste que Comodoro Py está negociando. Yo no lo veo ni tan fácil ni tan rápido.

CAT: Pero fue una explosión de una cantidad de causas…

CF: Sí, estoy de acuerdo con vos. Después de eso veremos de qué tamaño, qué pasa cuando eso ocurra, cómo se negocia. Sería cauteloso; no daría por sentado que va a haber una explosión necesariamente.

CAT: Si es que hay algo importante, me parece que les va a dar argumento a los disidentes, todos los que van a decir: “¡Ah!, ¿vieron?, al final, esto era para la impunidad”.

CF: Sí, de hecho Carrió ya empezó haciendo observaciones sobre Angelici y dijo que ojalá no tengamos otro Cristóbal López adentro y todo ese tipos de cosas.

CAT: Y eso no es nada, porque están hablando de alguien a quien ni siquiera se puede acusar de ningún delito.

CF: No, y además ni siquiera está en el gabinete.

CAT: El tema va ser con las causas que acumule La Cámpora. También es cierto que el funcionario que entra y encuentra todo patas para arriba o se convierte en encubridor o en negociante.

CF: Sí, acá el punto es qué piensa el Gobierno en general. Si piensan invertir mucho tiempo en organizar el pasado, pueden quedarse sin futuro y ahí hay una decisión estratégica para todos.

CAT: Pero tampoco pueden ser demasiado blandos con el pasado.

CF: Sí, pero ahí me parece medida y caso testigo. Por lo menos una primera etapa, porque después, si vos estás fuerte y pasó el tiempo y el otro está muerto, lo tirás a los leones. Pero, en el corto plazo, tenés que demostrar sobre todo que controlás el gobierno; después, el resto es para charlar.

CAT: ¿Vos la ves a Cristina todavía con paño como para jugar?

CF: A mí me parece que sí. Primero, no creo que se haya quedado sin ningún resorte; segundo, es hábil, y tercero, hay mucha agua bajo el puente y hubo muchas cosas compartidas entre los dos bandos.

CAT: ¿Vos lo ves regulado?

CF: No es que lo vea regulado, pero lo veo desde una posición cauta respecto de los que piensan que a Cristina la van a meter presa. Empecemos por destacar que ella no tiene ningún procesamiento. Que haya un montón de sospechas es otra historia. El día que se arme un expediente, me gustaría verlo. Yo no creo que sea tonta. Esto no es el menemismo. No significa que no haya problemas pero no me la imagino presa. Tal vez haya cometido errores de cálculo en esta última etapa, pero no come vidrio; creo que sabe de qué habla y qué hace.

CAT: En cuanto a los gobernadores: sumamente cautos…

CF: Sí, porque tienen que cuidar la gobernabilidad. Además, es otra etapa, otro momento, nadie se puede hacer el vivo. Al gobierno no sólo le conviene más de un peronista sino que le conviene que exista el radical. Macri es al primero al que le conviene que Cristina no se diluya, porque le ayuda a dilucidar el blanco sobre el negro. Para él, más allá de algunas cuestiones de gobernabilidad, que aparezca el opositor sensato como el de Massa no le resulta un buen negocio. Salvo para cuestiones de gobernabilidad.

CAT: Massa, Urtubey, cualquiera de ellos le quita al gobierno… Jugar a favorecer al más desencuadrado de la opinión pública para hacer negocio crítico. Cristina no puede morir para que esto funcione. Lo que no quiere decir que no se geste una rebelión en el peronismo.

CF: Ojo, el kirchnerismo fue, dentro del peronismo, algo más fuerte simbólica e ideológicamente de lo que fue el menemismo. Cristina no se va con mala imagen, aunque tampoco se va como Bachelet, pero con la mitad del país que no le gusta o que la odia mucho, ése es otro tema. Menem se fue con un nivel de aprobación mucho más alto que Cristina.

CAT: Cristina afuera no junta nada; es motivo casi de burla en muchos foros pero Menem era considerado una figura respetable, ¿no?

CF: Sí, por eso también es cierto que dentro del peronismo va a ser una digestión lenta. Nadie gobernó tanto tiempo como los Kirchner y eso tiene un efecto.

CAT: En algunos países ese tipo de cosas terminan violentamente…

CF: Puede ser. No era descabellado que el kirchnerismo se prolongara en el poder a través de Scioli, más aún después de ver la fotografía de las PASO. Era un proyecto político que ya había levantado el match point de 2009 y parecía que estaba levantando el de 2013. Es la primera vez que sucede desde 1983. Eso fue muy fuerte para la sociedad y en el peronismo no te sacás el San Benito o el traje de encima de la noche a la mañana.

CAT: El PRO ha logrado convertirse en el partido de la renovación política en Argentina. El radicalismo no puede tomar ese rol porque no logra sintonizar con la política moderna. El único capaz sería un movimiento interno del peronismo. Lo que tiene que evitar Macri es que se planteen la gran renovación política del país.

CF: Totalmente de acuerdo. El tema es que ellos tienen que ser la única renovación de la política. Ahora, con una democracia con todos sus problemas, aunque consolidada, tienen otro margen de juego. No tienen la crisis de la deuda, mejores precios de los commodities y recursos fiscales para disciplinar el peronismo. Lo vuelve una situación no comparable con el ‘83 y el ‘99.

CAT: En el ‘99 ocurrió lo que habría ocurrido si Aníbal Fernández hubiera ganado en la provincia…

CF: Yo había pensado que Scioli tenía posibilidades de ser presidente. Que el peronismo no haya ganado la provincia de Buenos Aires constituía un jaque mate, era un resultado definido. La gente no iba a volver a jugar al gato y al ratón del ‘99 porque significó, sumado a la torpeza de De La Rúa, la crisis de 2001.

CAT: En el ‘83 la sociedad le quitó la Provincia al peronismo pero duró hasta el ‘85. ¿No es lo mismo no?

CF: No, además, en el ‘87 Alfonsín empezó con un desgaste que dejó como alternativa el peronismo renovado. Insisto que eso lleva tiempo.

CAT: La mayor parte del peronismo con poder es más el desprestigio que otra cosa…

CF: Son impresentables. Cuando estaban discutiendo si el bloque de diputados nacionales lo puede conducir un tipo de Formosa… ¿Cómo va a ser eso? De todas maneras, es una mesa donde el gobernador es mucho más débil, en términos de peso específico de los personajes que en cualquier otro momento de los 32 años.

CAT: ¿Hoy qué gobernador maneja?

CF: Olvidate. En el ‘99, cuando el peronismo pierde, deja tres candidatos presidenciables en el banco: Ruckauf, De La Sota y Reutemann. Más allá de los nombres, no hay tres personajes de ese tipo; hoy el que no junta votos se fue. Urtubey es una promesa, hay que ver. Es joven, le falta tiempo pero tampoco es para mostrar Salta diciendo: “Mirá qué bien que está”.

CAT: ¿Massa comete demasiados errores?

CF: Le falta kilometraje. Es de esos autos que andan con el cartelito que dice “principiante”; le falta ser confiable. Pero en términos individuales, uno que junta muchos votos está afuera. Además, no se va a apurar a volver porque éste es un negocio de corto plazo. Hay otros dos nombres dando vueltas para la especulación. Uno es Randazzo, que para mí está sobrevalorado. Me gustaría ver qué hace sin los pasaportes y sin el tren. Cuando los trenes empiecen a mejorar, va a ser mérito de Macri. Entonces el tipo se queda sin gestión y sin estructura, y no es carismático. El otro personaje que ahora esta más complicado es Perotti. Ganó su provincia, le fue bien en la de gobernador, tiene proyección y buen perfil. Sin embargo, era una cosa teniendo el músculo del Gobierno Nacional para trabajar en Santa Fe y ahora es un senador raso de la oposición cuyo electorado se lo va a chupar Macri. Hasta en su propio departamento perdió.

CAT: Tal como De La Sota, puede decir: “¡Cuántos votos que arrastré para Macri!”

CF: Pero el que tiene la llave del auto es otro. Si Macri la pega, el peronismo puede empezar a prepararse para ocho años de oposición sin cajas, sin Estados, con una política que sale mucho más cara y con el gremialismo más fragmentado de la historia. Si a Macri le va mal, hay un núcleo de 35% que va a ir a votar al PJ. Con el resto del espectro político fragmentado, podría ser primera minoría.

CAT: el crecimiento cuantitativo de la izquierda ha sido notable. Hay que tenerlo en cuenta frente a un gobierno pro-mercado. Ahora se va a notar que hay izquierda…

CF: Y para una legislativa eso siempre cuenta muchísimo.

Share