Por Guillermo Cherashny.-

Pocos han leído en su totalidad el DNU que desregula la economía y en la mayoría los afectados son kioscos que ya no tienen razón de ser, como los registros automotor, una clara caja política. Pero la gran mayoría de las desregulaciones favorecen a las grandes empresas y tienen su justificación en que el país necesita inversiones, ya que su porcentaje sobre el PBI es del 14% y un país, para desarrollarse, necesita una inversión del 25% del PIB. Es cierto también que muchas pymes no pueden producir por bloqueos salvajes de gremios de trabajadores que están matando la gallina de los huevos de oro, como en la lechería y otras empresas de transporte, que son víctimas de aprietes sindicales. Pero hay una poderosa entidad empresaria que durante todos los gobiernos obtiene ventajas sobre las demás y se trata de CILFA, la entidad que nuclea a los laboratorios nacionales. Como se sabe, en 1995, ante un veto presidencial a la ley de patentes, CILFA presionó y logró que 2/3 de las dos cámaras insistieran con su aprobación, que significó la piratería de las patentes a los laboratorios extranjeros que gastaron fortunas en investigación. Pues bien, el DNU obliga a los médicos a recetar medicamentos genéricos, impidiéndoles que lo hagan por marcas comerciales. Fuentes bien informadas indican que detrás de esta prohibición está la mano de Mario Quintana, el dueño de Farmacity, quien tiene una vieja disputa con CILFA, y su intención es importar medicamentos de la India, que son muchos más baratos, de ahí que por lo menos el DNU tiene una buena para los ciudadanos y no todo son beneficios empresarios. Y seguramente habrá otras desregulaciones que beneficien a la gente.

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