Por Nicolás Incollá Garay.-

Con las circunstancias, ya decía Napoleón Bonaparte comentando a Niccolò Machiavelli: “no valdrá prometer y dar entonces: no servirá de nada, ya que por su naturaleza el pueblo no siente entusiasmo hacia el que peca de imprevisión y tolerancia.”

Hay que señalar que quien ocupa un Estado debe meditar sobre las ofensas que debe infligir y realizarlas todas de golpe y no tener que renovarlas todos los días para tranquilizar a los hombres.

Quien actúa de esta manera, ya sea por timidez o por mal consejo, siempre necesitará un arma en sus manos y no podrá apoyarse en sus súbditos, electores o votantes pues éstos no tienen confianza en él.

Hoy presenciamos cómo un padre le quita el pan de la boca a un hijo para darle a otro, sólo una parte, una ecuación con resultados impensados, por la inmadurez de su resolución y la mentira que engendra su realización.

La generación de abismos se multiplica en este mundo tecnológico de comunicaciones muy veloces, donde nada escapa al ojo escrutador de la opinión pública, puesta de manifiesto a través de innumerables medios de comunicación masiva. Son estos abismos que nutren el fracaso de las gestiones que se llevan puesta la realidad.

El verdadero análisis de las circunstancias debe ser total y permitir compaginar la secuencia de la toma de decisiones con la impronta personal de quien en realidad ejerce el poder. No vale de ningún modo la intermediación, ni la delegación de funciones; se asume con responsabilidad, se ejerce con valentía y se soporta el peso de las decisiones bien o mal tomadas.

Las actuales circunstancias por las que atraviesa el planeta no son en líneas generales aptas para discurrir sobre su bondad o para ejercer la adivinación de un futuro venturoso; más bien el decaimiento generalizado de los humanos se ha hecho carne y algunos temores más otros sobrevuelan a los indefensos ciudadanos, sin darles un respiro ni una expectativa esperanzadora.

Nunca se reflexiona bastante sobre la verdad, si partimos de la premisa de conocer la auténtica verdad.

Quien manda en realidad debe de hacerse de un enemigo poderoso, inteligente, que lo someta constantemente a un duelo de sagacidad y, si logra con su gestión someterlo, será doble su triunfo, ya que si pierde deberá desaparecer definitivamente del escenario; el pueblo es el único árbitro con verdadero poder.

Cuando se tiene en contra al pueblo, no se puede ejercer el poder con seguridad, y es más fácil cometer errores en la gestión. Tan grave como esta aseveración es el incurrir en la designación del personal con poca o nula capacidad e idoneidad para determinadas funciones.

Hoy se debe debatir, estudiar, analizar, difundir temas que tengan que ver con el desarrollo, con la integración y con el interés nacional, por sobre todas las cosas.

La generación de proyectos con vértice en el desarrollo tiene años de antigüedad y no se ha logrado echar pie a tierra, para enfrentar como se debe a la inercia que arrastra al país a un subdesarrollo crónico, sustentando sólo algunas pinceladas de orgullo nacional.

La constante es una curva de empobrecimiento de la población, en la faz cultural y económica, también en lo moral, los hechos de los últimos tiempos son una muestra y reflejo de la descomposición del tejido social desde lo más profundo. Por lo cual se descuenta como roto cualquier clase de contrato social existente.

La educación, como ciencia formativa de nuestros niños y adolescentes, ha dejado de existir tal como la conocimos. Es indispensable una recreación de objetivos, paradigmas y medios a fin de proveer al futuro Estado, de actores e individuos con las capacidades adecuadas y necesarias para la supervivencia del mismo, a través de una gestión eficaz.

Hay una palabra que se escucha reiteradamente en estos días y es “LIBERTAD”. Sin lugar a dudas requiere de una simple interpretación su contenido y su alcance, y es ése el motivo de los más justos reclamos de la ciudadanía cuando se pretende recortar su ejercicio en formas no democráticas e inconsultas.

Me quiero referir puntualmente a la obligatoriedad por ley o por decreto que se pretende imponer para la vacunación contra cierto tipo de virus o gérmenes. Además de la consecuencia de no poder ejercer ciertos derechos sin el certificado correspondiente. Se comenta de una muy específica cruza de datos, que impediría la circulación, léase, los viajes, la obtención de permisos, de documentos, etc.

El control poblacional se da solo en los regímenes dictatoriales, y no es nuestro caso o es que la ciudadanía debe comenzar a preocuparse por la forma de gobierno que un grupo de personas no mayoritario eligió para regentear el ESTADO desde el Gobierno de la República.

La verdad y la mentira nunca se llevaron bien; a los largo de siglos de historia todas las manipulaciones cayeron en el descrédito por su propio peso. El tiempo es testigo, y las consecuencias son por demás conocidas.

Los habitantes de este planeta llamado tierra nos vemos afectados por una mal endémico y que tiene raíces profundas en todas las sociedades: la CORRUPCION ESTRUCTURAL se da desde los más pequeños hechos cotidianos a las grandes transacciones internacionales; puede llamarse “coima”, “arreglo”, “comisión”, “gastos especiales” o de la forma que uno quiera o imagine.

El solo hecho de que terceros se perjudiquen, sin tener la más mínima participación, es un desequilibrador efecto que modifica la esencia de la sociedad en que vivimos.

Es en este ámbito donde no se puede ni se debe educar a los futuros actores/individuos que tendrán responsabilidades claras y manifiestas en el devenir de los tiempos.

Debemos reaccionar con prontitud. Los acontecimientos se adelantan a las vivencias del día a día. Nos debemos a un estado de alerta, para poder sobrellevar los cambios que se producen casi sin darnos cuenta.

Share