Por Luis Américo Illuminati.-

¡Viva el Soldado Luna y sus compañeros! Hermindo -argentino hasta la muerte- se inmoló como el Sgto. Cabral, al grito de ¡Mierda, acá no rinde nadie!

«Interesa a los pueblos conocer a sus héroes y a sus verdugos» (Thomas Carlyle)

«Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma.» (Thomas Carlyle).

«Los hombres necios imaginan que, porque el juicio de una cosa mala se retrasa, no hay justicia, pero sólo accidente aquí abajo. Juicio para una mala cosa es muchas veces retrasado algunos o dos días, algunos del siglo o dos, pero es cierto como la vida, es seguro que llega como la muerte» (mismo autor).

Los Hechos

El día 5 de octubre de 1975 el Soldado Hermindo Luna se encontraba en el Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa, y tenía la misión de vigilar el dormitorio donde sus compañeros dormían. A las cuatro y media de la tarde Luna observa que dos jóvenes como él, vestidos de azul, armados con fusiles FAL, entran pateando el portón y le ordenan a los gritos: «Rendíte, soltá el arma, que la cosa no es con vos». Pero, Luna lanza una frase imperecedera que aún resuena como un eco en los oídos de los asesinos y de toda la pérfida herencia montonera. «¡Acá no se rinde nadie, mierda!», salta hacia un costado y prepara su fusil. No alcanza a usarlo: lo acribillaron a balazos. Sin embargo, su acción sirvió para alertar al resto de sus compañeros, que se despiertan por el ruido de los disparos y pueden huir hacia el fondo de la cuadra, donde están los baños y las duchas. Luna quedó tendido en el suelo en penosa agonía. Seguidamente los montoneros abatieron al sargento Víctor Zanabria que intentaba operar la radio para dar la alerta. Otro grupo asesinó cobardemente a sangre fría a cinco conscriptos que dormían. Algunos soldados intentaron refugiarse en los baños y los montoneros les arrojaron granadas por las ventanas. Un soldado traidor -Roberto Mayol- guió a los atacantes hasta el depósito de armas, pero encontraron una tenaz resistencia de los conscriptos. Luego de hacerse con 18 FAL y un FAP los guerrilleros emprendieron la retirada. Mayol fue abatido justo en el momento en que se disponía a rematar con una ametralladora al subteniente Masaferro que estaba herido. Los montoneros sufrieron varias bajas, producto del fuego de una ametralladora que los soldados habían dispuesto cerca del mástil. Todo eso ocurrió hace cuarenta y ocho años. Este siniestro y alevoso ataque fue la «Operación Primicia». En el ataque participaron en forma directa unos setenta guerrilleros que actuaron en cinco etapas. 1) Secuestro del Vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas, con ciento dos pasajeros y seis tripulantes, que se dirigía desde el Aeroparque porteño a Corrientes y desviado a Formosa. 2) Copamiento del aeropuerto internacional «El Pucú» en la entrada de la capital formoseña. Hubo un policía muerto. 3) Ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29, el segundo en poder de fuego de todo el país. Los montoneros estaban convencidos de que los soldados de guardia, que cumplían con el servicio militar obligatorio, entregarían las armas, pero se equivocaron, ya que, en apenas media hora de combate, hubo veinticuatro bajas, doce guerrilleros y doce defensores del cuartel, entre ellos diez soldados conscriptos». 4) Fuga de los guerrilleros que sobrevivieron al ataque en un Boeing 737-200 de Aerolíneas y en un Cessna 182 de cuatro plazas que sirvió para confundir en el aire a los perseguidores. 5) Aterrizaje del avión de Aerolíneas a 700 kilómetros de Formosa, en la pista de una estancia cerca de Rafaela. El Cessna bajó en un campo de arroz en las afueras de Corrientes.

El ataque fue orquestado y dirigido por Raúl Yaguer, más conocido como «El Gringo», «Roque» o «Mario», un ingeniero químico que era el número cuatro de la cúpula nacional de Montoneros, después de Mario Firmenich, Roberto Perdía y Roberto Quieto. Al día siguiente del ataque, el gobierno peronista firmó tres decretos que delegaron en las Fuerzas Armadas la lucha contra la guerrilla, ordenando la «aniquilación» de la misma. En primera plana los titulares de los principales diarios del país repudiaron el siniestro y artero ataque. «A SANGRE Y FUEGO FRUSTÓSE EL GOLPE EXTREMISTA EN FORMOSA», tituló la noticia el diario de Buenos Aires:»5ta. La Razón».

Conclusión

No es exagerado comparar la heroica acción de Juan Bautista Cabral que salvó a su jefe San Martin caído en el suelo y la del bravo Soldado Luna y sus camaradas que no se rindieron. Una acción tan loable como la de Leónidas en el Paso de las Termópilas, donde los defensores murieron combatiendo al enemigo. «Dulce et decorum pro patria mori» (dulce y decoroso es morir por la Patria) y traicionarla, como dijo San Martín: «una felonía que ni la tumba podrá borrar».

Hago mías las palabras del padre de uno de los soldados caídos en Formosa: «Es una cosa deleznable que el soldado que volvió de la guerra, que luchó por la soberanía se lo mire como a un paria. Los muertos asesinados por la guerrilla merecen justicia. Si ésta ignora la elevada misión que tiene, entonces la verdad seguirá a oscuras como hasta ahora».

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