Por Hernán Andrés Kruse.-

Desde que el Coronavirus se instaló en nuestro país los medios de comunicación no han hecho más que repiquetear hasta el cansancio acerca de su peligrosidad, su alto nivel de contagio, lo que debemos hacer para evitar que el bicho se introduzca en nuestro organismo. Desde hace un mes que pululan por los principales canales de televisión infectólogos, sanitaristas y opinólogos que reiteran hasta el cansancio la importancia de recluirse en nuestros hogares. El resultado no podía ser otro más que el que vemos hoy: estamos asustados, dominados por el miedo a un virus desconocido y a un futuro que se presenta sombrío, incierto. Una vez más quedó en evidencia el inmenso poder de los medios de comunicación para manipularnos, para anestesiar nuestra capacidad crítica, para someternos por el miedo. Lo que se observa en la pantalla es sencillamente morboso: todos los días se anuncia el número de nuevas víctimas fatales, el número de infectados y se muestran escenas dramáticas protagonizadas por enfermeras y médicos (de aquí y, fundamentalmente, de Europa), impotentes para evitar las muertes. Y lo que es peor, pareciera que algunos periodistas, de inocultable antipatía por el gobierno nacional, sintieran cierto gozo cada vez que se anuncia un nuevo fallecimiento.

Lo cierto es que el Coronavirus nos ha sojuzgado, nos ha demostrado cuán vulnerables somos, nos ha demostrado que, a la hora de elegir entre la seguridad y la libertad, como acaba de expresarlo el filósofo Tomás Abraham, preferimos la primera. Mientras tanto, el gobierno, que había tomado el toro por las astas al imponer la cuarentena obligatoria, comenzó a cometer una serie de errores que culminaron hoy (viernes 3 de abril) cuando increíblemente y en un grosero error de cálculo, no hizo más que permitir la confluencia hacia las puertas de los bancos de los jubilados y los beneficiarios de la AUH. Ello significó, lisa y llanamente, el fin de hecho de la cuarentena. El Coronavirus, agradecido.

Anexo

A continuación transcribo algunos párrafos de un ensayo elaborado por el doctor Robinson Salazar, investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa (México), titulado “La nueva estrategia de control social. Miedo en los medios y terror en los espacios emergentes”.

XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires, 2009.

1) El inicio de siglo abrió las compuertas de un alud de alarmismo, terror y emisión de miedo provocado por los medios de comunicación, apuntalado en argumentos falaces de pretendidos agoreros del fin del milenio y del mundo y otras veces por el evento crucial ocurrido en tierras norteamericanas como fue el “atentado” contra las Torres Gemelas en septiembre de 2001, trajo en consecuencia un síndrome de miedo, terror, inseguridad y vulnerabilidad de todo el sistema anterior proveedor de certidumbre individual y social. Un marco idóneo para comprender pedagógicamente el resurgimiento del nuevo alarmismo, editado en otras ocasiones en los centros de del poder norteamericano para desatar la furia bélica contra otro Estado, antes y después de la guerra fría, principalmente para justificar las intervenciones militares en nuestros países latinoamericanos) es la administración de George W. Bush, con raigambre neoconservadurista al igual de Ronald Reagan y todos los consortes que inauguraron el neoliberalismo en Europa y América Latina. La lucha vesania contra los muros de contención anti-globalizante opuestos a la expansión del mercado , la búsqueda incesante por destrabar las regulaciones económicas y desmantelar al Estado de sus funciones y responsabilidades sociales fue la primera etapa que culminó al derrumbarse el bloque socialista y popularizar el fin de la historia, las ideologías y el triunfo sempiterno del mercado. La política de George W. Bush fue más allá, sobre los estropicios del viejo esquema socialista proclamo la nueva confrontación infinita , los conflictos bélicos enlazados bajo el modelo del Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte -ASPAN- donde los norteamericanos en la administración Bush mancomunados con los halcones conservadores del Pentágono y la Central de Inteligencia -CIA-, han definido la guerra preventiva, cuyos objetivos son el terrorismo, el crimen organizado, el populismo radical y la militarización de la frontera. (Salazar. R. 2009, Securitización)

2) La inseguridad y la contingencia son dos factores prevalecientes en la vida cotidiana, desde los virus riesgosos para la información almacenada en un computador personal , hasta la contingencia del chantaje y/o secuestro a través de la telefonía celular; estar celoso en las relaciones sexuales ante el acoso del Sida, y/o perder el trabajo debido a quiebra intempestiva de la empresa o fabrica en donde prestas tus servicios; no sobran los temores infundidos por las noticias de los desastres naturales, los asaltos derivados por la inseguridad pública, la devaluación de la moneda o una medida que admite suspensión de las garantías Constitucionales por amenaza de terrorismo ; todo es una extensa alfombra de suelo movedizo de angustia invisible o estado endémico similar a latente esquizofrenia dilatada, capaz de convertirnos en sujetos plenamente vulnerables, sin sentido del tiempo, porque el mañana no existe y está sujeto a factores incontrolables derivado de la incertidumbre. El territorio fértil incubadora de la inseguridad fue los Estados Unidos, en su afán de constituirse en la hegemonía del Siglo XXI, sin contar con el caudal económico, suficiente manejo de la gobernabilidad y consenso interno y externo, pugnó por el ejercicio de la violencia hasta arribar a una decodificación de la guerra, en donde las causas que legitimaban el uso de los recursos bélicos fue desechada y desimbolizó el acto de guerra, convirtiéndola en un procedimiento más de la administración pública y el de gobierno. La guerra, como acto de gobierno, la llevó a cabo contra otros Estados, para combatir el crimen organizado en las calles, desterrar asentamientos humanos de precaristas, perseguir forajidos y/ o controlar alguna situación de inseguridad pública, contener a fuerzas opositoras, incluso con el objetivo de persuadir a gobiernos a dialogar o dejar de ayudar a otra nación. Designificó el sentido de la guerra y a diario se lee y escucha el vocablo en discursos orientados a contener y/o combatir la inflación, cualquier epidemia y desplazamientos humanos migrantes. Absolutamente todos estamos bajo una circunstancia de guerra. El discurso, la persuasión, el consenso, los argumentos y las cooperaciones internacionales dejaron paso a las nuevas guerras. No obstante el uso y contenido del concepto tiene distintas dimensiones de aplicabilidad, los efectos de enemistad y muerte están vigente.

3) Los medios de comunicación son los nuevos forjadores de opinión pública, entendida como el conocimiento colectivo resultante de la acción combinada de los diversos medios de comunicación efectivamente utilizados en cada época y lugar; el clima forjado está vestido de opacidad , le imprimen colores imprevisibles y contingentes difícil de aprehender, a pesar de ser una construcción social no construye la realidad, la define y redefine desde la exterioridad , lo cual nos indica la mayoría de las veces que la opinión pública es un invento, es la desconfiguración y la ignorancia de la evidencia primera o realidad social. La opinión pública desata el clima de opinión ambienta a la sociedad contemporánea y mediática caracterizada por su perfil enrevesado, fútil, impreciso y fortuito, pero pretencioso por insistir en explicar lo que acontece en el mundo exterior. (Gil Calvo, 2003) Sin embargo, el debate público tiene por naturaleza ser plural, controvertido, contradictorio o deliberativo pero razonado y previsible, alimentado de las redes de interacción, no necesariamente de los medios de comunicación, sino de organizaciones, convivencia cotidiana, interpenetración con la realidad, lazo social y conocimiento empírico. Por la descomplejidad como los medios de comunicación emiten la noticia, la banalidad de sus discursos, la espectacularidad de sus noticiarios, la simpleza de las palabras que en la mayoría de las veces reduce el vocabulario a no más de 400 palabras comunes, dibuja una realidad irrelevante donde amerita cambiarse o hay conflictividad que amenaza los intereses de los grandes empresarios, pero en situaciones nimias magnifica el hecho o situación descrita, evocan copiosamente la violencia y al centuplicarse los relatos, teatralizan los acontecimientos y dramatiza en el subconsciente colectivo , dibujando un mapa de terror y miedo en el auditorio. El melodrama que utilizan los medios de comunicación en su programación habitual, afirma Carlos Monsiváis, es el molde sobre el que se imprime la conciencia de América latina…en ellos se observa la aceptación de la pobreza «estructural», una singular visión de la democracia, la ingesta cotidiana de violencia y hasta las ideas de lo nacional -dice- se elaboraron con los gestos y estallidos propios del folletín. Al dejar que el melodrama explique las sensaciones de insignificancia, las personas vierten sus terrores en el lenguaje destinado a las contingencias de la enfermedad y el amor desdichado y eso explica la dimensión teatral de la estrategia contra la violencia.

4) Vivimos y nos movemos en una sociedad edificada sobre suelo movedizo donde la inseguridad y contingencia nos abruma con riesgos permanentes provenientes de fuentes desconocidas y acopio de inventos creadores de angustia inmarcesible. Rodeado de virus informáticos, actos terroristas, secuestros, enfermedades letales y resucitadas entre las que se cuentan el Sida, lepra, fiebre amarilla, fiebre porcina, meningitis, dengue, desastres naturales en distintas formas de huracanes, tsunami, terremotos, calentamiento de la tierra, deshielo de los polos, lluvias inclementes, debacle financiera, desempleo, enajenaciones de bienes públicos fraudulentos, tráfico de drogas, prostitución infantil, desabasto de agua, robos, asesinatos, accidentes carreteros, robo de infantes entre otras noticias provocadoras de esquizofrenia dilatada. Denominamos esquizofrenia dilatada al estado anímico de cualquier persona que actúa de manera espontánea sin haber dibujado en su mente el sentido de su acto o acción y el espacio y tiempo no está presente en su imaginación, cuya manifestación inmediata es la vulnerabilidad, miedo y permanente acoso de factores invisibles. El miedo sembrado es similar a la anestesia prolongada y es desatado por los medios a través del ensueño, farsa y ficción que le imponen los propietarios de las televisoras y cadenas comunicacionales en común acuerdo con empresarios connotados de diversas industrias y banca, cuando sus inversiones guardan algún riesgo devenido de la sociedad movilizada Por lo anterior, el alarmismo es parte de la cadena del miedo, fundamento del clima social construido socialmente por los medios para atender y desestructurar la vida cotidiana. Sabedores son de los efectos nocivos del miedo, porque su aplicación inmoviliza la acción colectiva y las reacciones endopática, conspira contra la realidad, manipula las mentes y fragmenta a los colectivos por la ruptura del lazo social remplazado en esos instantes por la información mediática. En síntesis, esta fatalidad no es indeterminada, existen opciones para desplazar la lucha mediática y llevarla al terreno de lo público, los espacios comunes, de todos, la calle, los parques, los foros abiertos, las universidades en fin lo que comúnmente conocemos como espacio público. Es la movilización permanente la mejor estrategia y acción desmanteladora del miedo sembrado porque el pavor no está realmente en nosotros, reside en la subjetividad de los grandes financistas temerosos de las movilizaciones populares y de los sujetos insumisos en acciones convergentes y cargados de subjetividades de ruptura para romper las ataduras mediáticas y los espantos engañosos. Asistimos a la mayor confrontación que puede revelarse en corto tiempo, el miedo mediático con naturaleza falsa vs el terror provocante de los movimientos sociales cuando objetivaban el núcleo del poder y lo asedian con sus estrategias de lucha, en algunos lugares de América Latina está exhibiéndose la lucha, principalmente en el eje andino: Bolivia, Ecuador y Venezuela. En otros se asoma con velo gris y existen aun países en que los movimientos están en latencia y la lucha no tiene fecha para su reveladora actuación.

XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de Sociología de la Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires, 2009.

Share