Por Luis Alejandro Rizzi.-

Maximiliano Pullaro logró un notable triunfo que me lo habían anticipado a eso de las 18.30; “creo que pasamos el millón de votos y que el resultado será 60 a 30 o menos, creeme…”.

Se trata de una elección provincial. En mi opinión, no cabe especular sobre la incidencia de esta elección en la nacional. En ésta se tratan problemas diferentes que nos afectan y perjudican a todos, más allá de la frontera provincial.

La prueba es Javier Milei; diría que localmente no existe y sin embargo, en el orden nacional, su dimensión resulta difícil de mensurar, pero lo cierto es que desplazó a Cristina del centro de la escena, y la elección del 22 de octubre gira a su alrededor. La consigna parece ser “todos contra Milei” o «Milei contra todos», como más les guste.

Se le atribuye a Perón decir que le era más fácil ganar una elección cuando tenía todo en contra, que a favor.

Milei es el receptor de eso que se me da por llamar “antidemocracia democrática”. Podríamos decir también “democracia populista” y, si seguimos sus discursos, sus fobias, sus irreverencias, veríamos que se sustentan en “significantes vacíos” que llena con los reclamos de esas mayorías de gentes que, como toda “masa social”, confunden la simplicidad con la vulgaridad.

La mayoría de sus “propuestas” son ininteligibles y cuando trata de sustentar la “dolarización de la economía” parte de sus afirmaciones providenciales como si tuviera el poder divino de convertir “leliqs” en dólares o bonos que no tienen valor en una suerte de boleta de juego de azar con resultado garantizado.

Su mérito, creo yo, es que la gente no lo entiende, pero confía o mejor dicho le tiene fe. Chesterton decía que cuando se deja de creer en Dios, se cree en cualquier cosa; pero él tiene otro “mérito”: diviniza esa creencia en “cualquier cosa o nada”; se puede tener fe o creer ciegamente «en nada».

Tiene poco sentido enfrentarlo desde la técnica económica profesional o desde alguna traviesa lágrima. La pregunta que nos debemos hacer sería: ¿Durante cuánto tiempo la gente le tendrá fe? Unos durante un tiempo, otros durante más tiempo, pero en algún momento, esa fe que genera se invertirá en su dirección 180 grados y regresaremos al punto de partida. Por ese motivo, en la próxima elección tendrá importancia decisiva la configuración de las cámaras. El congreso está llamado a ser protagonista.

Su “popularidad” no es racional, es más bien el reflejo de nuestra frustración de ser “lo que no pereceríamos ser”, una sociedad decadente, que avanza en dirección contraria a la que debería seguir.

Somos una sociedad sumida en la perplejidad y Milei mal que bien hizo de la “dolarización” una suerte de sésamo o, si se prefiere un símbolo; por eso insisto: no tiene sentido gastar tiempo en rebatirlo, porque la gente no lo entiende técnicamente sino desde sus emociones. Parafraseando a Pugliese, Milei les habla con el dólar o el bolsillo, para que le respondan con el corazón, es decir que lo voten por “fe”.

Me molestó la presencia de Bullrich en Santa Fe, porque la interna entre Pullaro y Losada fue salvaje por parte de esta última y pone en duda su buena fe. Hay extremos de los que no se tiene regreso y creo que con Pullaro, fue el caso de Bullrich y Losada.

Nos quedan en los próximos dos domingos Chaco y Mendoza. En esta última elección juega Milei. Veremos si se mantiene separado lo local de lo nacional, o en su caso hay “un batido político”.

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