Por Carlos Tórtora.-

Tanto JxC como el PRO y en mucho menor medida la UCR quedaron expuestos al riesgo de fractura como consecuencia de la crisis desatada inmediatamente después del 22 O. Pero las rupturas no terminaron de formalizarse y quedaron en suspenso. El motivo es obvio: todo depende de lo que ocurra el 19 N.

Veamos. Si ganara Javier Milei, lo más probable es que Mauricio Macri intente rearmar un nuevo JxC pero esta vez con eje en La Libertad Avanza y el PRO. Este último volvería a la conducción de Macri y el larretismo formaría tal vez un nuevo partido para intentar restaurar JxC y armar un polo de oposición, esperanzado tal vez en que Milei no complete los cuatro años de su mandato. Claro está que el empuje libertario es posible que alcance a algunos sectores del peronismo no K y que empiece una reconfiguración total del escenario político.

En la hipótesis opuesta, si ganara Massa, la Coalición Cívica, la UCR y el larretismo potenciarían su reformulación, aunque no sin problemas: Massa puede cumplir su promesa de incorporar radicales y larretistas al gobierno, produciendo profundas fisuras entre las filas de aquellos. En cuanto al PRO, Larreta les disputaría firmemente a Macri y Bullrich la posesión del sello amarillo. Ambos serían muy cuestionados por su vuelco hacia Milei y éste se convertiría en el eje de un polo opositor duro. En esta hipótesis sería fundamental la postura que adopte Jorge Macri, a punto de asumir como jefe de gobierno. Si acude en auxilio de su primo es probable que Mauricio logre sostenerse ante la ofensiva de todos sus enemigos.

Dos personalistas

Pero, gane quien gane, quedaría definitivamente superado el actual ciclo de un presidencialismo débil. Tanto Milei como Massa expresan liderazgos personalistas fuertes. Pero el primero, producto de haber sufrido desde el llano, tiene cierta tendencia a concentrar todo el poder en su persona, lo cual en la práctica se volvería inaplicable, ya que la complejidad del poder lo obligaría a negociar. Massa es más sistémico y se ve asimismo como el CEO de un acuerdo global de factores de poder. Aparentemente Milei, si gana, tendría el problema central de articular su alianza con Macri para que esta no le resulte demasiado cara. En otras palabras, que no termine gobernando el PRO.

Pero Massa tendría un problema mucho más grave: debe evitar que el kirchnerismo duro, refugiado en la tierra de Axel Kicillof, recupere terreno y que Cristina Kirchner pretenda de nuevo tener voz y voto.

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