Por Carlos Tórtora.-

El pobrísimo resultado alcanzado por el peronismo santafesino en las primarias de este domingo puso sobre alerta a la cúpula de Unión por la Patria .En realidad, lo ocurrido pone de manifiesto la tendencia que se viene profundizando en los últimos años. Esto es, el repliegue peronista hacia el conurbano bonaerense y las provincias más pobres. De hecho, en tres de los cuatro distritos más grandes el kirchnerismo no deja de retroceder. Esto se ve claramente en Córdoba y ahora en Santa Fe, mientras que en la Capital Federal La Libertad Avanza está al borde de superar a un anémico PJ. Y en Buenos Aires, prácticamente todo el interior de la provincia, con excepción de un par de municipios, reporta a JxC. Paradójicamente, esta contracción del mapa peronista reforzaría el poder interno de Cristina Kirchner. Ella, basándose en el eje que componen La Cámpora y los barones del conurbano, tiene así más poder relativo al estar opacada la dirigencia de por ejemplo Córdoba y Santa Fe. La jefatura que ella ejerce tiene entonces más posibilidades de subsistir con un peronismo achicado. A todo esto, el discurso que Sergio Massa insinúa para su campaña pone el acento en la clase media urbana, que es justamente donde el peronismo se achica. Por su perfil de típico dirigente de clase media y proviniendo de un distrito como Tigre, de alto poder adquisitivo, el tigrense parece hablarle a un electorado hoy más cercano al Pro. Justamente en esto consiste su desafío: tratar de recuperar votos de la clase media que se alejó tanto de Cristina como de Alberto Fernández.

El tercero en discordia

En medio de esta encrucijada está Javier Milei, llevándose sobre todo votantes de JxC. No es un secreto que Massa, a través de varios operadores, viene trazando líneas de acuerdos con el líder libertario y que éste, en el último cierre de listas, fue acusado de haberle dado lugar en las mismas a varios dirigentes massistas.

El ministro de economía apuesta a que los libertarios coloquen a Unión por la Patria en el ballotage al impedir un crecimiento fuerte de la coalición opositora. Su enemigo es paradójicamente su amigo Horacio Rodríguez Larreta, que avanza hacia un frente pluripartidario mucho más amplio en sus planteos, que Patricia Bullrich, limitada a su sintonía con Milei.

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