Por Jorge Augusto Cardoso.-

El DNU que con coraje cívico dictó el gobierno ha sido cuestionado por muchos, tanto por su contenido como por no haber sido enviado previamente a la legislatura. Analicemos: el contenido rompe con lo establecido y éste ha sido el que nos ha llevado a la peor crisis de la historia. La estabilidad no puede confundirse con estanco; un organismo que se estanca, se inmoviliza y se corrompe; ése es el estado en nos han dejado a la patria, totalmente corrompida, de tal manera que era realmente necesario y urgente salirse del estancamiento para producir los necesarios cambios que mejoren todas las actividades del cuerpo social y aseguren la supervivencia del Estado. Tan grave es la situación que fue imperioso adelantarse para evitar la catástrofe que seguramente devendrá de continuar así las cosas.

La urgencia en la reversión de la condición en la que nos encontramos ¿sería posible que se realice en el parlamento, no en cualquier parlamento, si no en el nuestro, en donde los legisladores se esconden para no dar quórum? ¿Sería posible que el congreso trate con la premura debida los cambios requeridos, cuando la más de las veces los legisladores votan caprichosamente o para satisfacer a alguien a quién complacer con la esperanza de recibir servicios recíprocos en otra ocasión?

La hora reclama responsabilidad en todos los sectores de la política, grandeza, cooperación, renunciamiento de intereses particulares y prudencia en la acción.

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