Por Jorge Augusto Cardoso.-

La sorpresa ha sido mayúscula. La mayoría de los ciudadanos ha preferido elegir, entre todas las opciones, la peor en términos de gestión de seguridad, educación, economía, salud y corrupción de los últimos cuarenta años. Y eso ha sido posible porque el kirchnerismo, al tomar el poder, se encargó de subvertir los virtuosos valores de la sociedad corrompiendo a gran parte de la misma otorgándoles prebendas y subsidios que la hicieron débil de carácter, con falta de iniciativa y dependiente. Esto ya lo describió Platón cuatrocientos años antes de Cristo cuando expresó: “Tal es el hombre, tal el Estado; los gobiernos cambian como cambia el carácter de los hombres… Los Estados están formados por las naturalezas humanas que se hallan en ellos; el Estado es lo que es porque los ciudadanos son lo que son.” Por esto, no podemos esperar que se elijan candidatos virtuosos mientras no tengamos ciudadanos que lo sean; si estos no cambian, preferirán dejar las cosas igual que estaban. Eso lo saben muy bien los que hoy ostentan el poder sólo para la satisfacción de sus propias ambiciones. Por ello, para que haya un verdadero cambio, es imperativo que los grupos políticos opositores que tengan la intención de lograr el bien común, la prosperidad y felicidad del pueblo, unan sus esfuerzos para esclarecer a la sociedad en las próximas elecciones.

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