Por Luis Alejandro Rizzi.-

Anunciar la fórmula De-Pedro Manzur fue un paso en falso provocado. Era necesaria la proclamación de la formula fallida para poder bajarla en un breve plazo de 24 horas.

La derrota -habría pensado “eso”- debería ser humillante y así fue.

En cierto modo, “eso” hizo gala de su acumulado resentimiento y Massa fue la espada que usó para decapitar políticamente a Cristina, que ahora deberá enfrentar el rigor judicial desde el llano más inhóspito que haya imaginado. Quedó desnuda como «jefa».

Políticamente hablando y 20 años “quien a hierro mata a hierro muere”, la cosa es que no la venció un pedazo de hierro, sino “eso”, que a su vez limpió a Scioli, a Manzur y al mismo De Pedro, el representante de la generación diezmada, que fue borrado con un pedazo de papel higiénico de segunda calidad.

También en esta ronda la vencieron «otros copitos».

Esta vez, Cristina se convirtió en el “cordero del peronismo” que quita sus propios pecados”. Sólo le faltaría decir a “eso”: “hagan esto en homenaje a mí”.

Paradojalmente, en el mundo de las traiciones de la política, “eso” se ganó un lugar en la historia. Poco importa el método. Fue el verdugo que esperó pacientemente el momento para decirle a Cristina: “Señora, incline levemente su cabeza…”

Es posible que en su mundo de neurosis Cristina se sienta protagonista de una pesadilla onírica, pero eso le pasó en plena vigilia.

Massa ahora negociará con el FMI desde otra posición; es ministro y candidato a presidente. Ya no deberá hacer el juego de que “consultaba a la jefa”; ésta se dará cuenta de que fue la “gila” del tango y que quedó colgada de la palmera y le afanaron hasta el color…

De todos modos, ahora no comienza una nueva historia; sigue la misma. Massa, por un tiempo, será un “jefe”, por lo menos hasta la primera vuelta; de allí en más, creo que muy pocos querrían estar en su lugar.

No perderá el «peronismo»; perderá Massa.

JxC será uno de los finalistas, pero ahora alumbrará la ilusión de la primera vuelta, podría ser.

Entre tanto, en Córdoba, las cartas están jugadas, Rodrigo de Loredo podría ganar la intendencia y Martín Llaryora la gobernación; es el pálpito que he sentido en esta breve estadía en Córdoba. La honestidad personal de Luis Juez está unánimemente reconocida, pero para muchos, no es condición suficiente; sólo hay que esperar hasta esta noche, a eso de las nueve, hora en que se sabrán los resultados, y se votará con boleta única.

Algo bueno que me llamó la atención: todos los candidatos son respetados.

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