Por Luis Alejandro Rizzi.-

Ya estamos próximos a “pasar el verano” y es obvio que el gobierno de “Cambiemos” no tenía programas concretos, más bien los tenía para problemas puntuales, tales como eliminar el cepo, bajar o eliminar las retenciones, comenzar las clases en fecha, en especial en la Provincia de Buenos Aires, cumplir con la sentencia favorable a los “hold outs” en los tribunales de Nueva York del modo menos lesivo posible, solucionar aunque sea temporariamente el tema del mínimo no imponible y esperar la llegada de inversiones reales consecuencia de las medidas descriptas.

Esos pasos debían ser suficientes para demostrar hacia afuera “urbi et orbi” un cambio de 180 grados no sólo en las políticas cavernícolas del “kristinismo” sino también de la sociedad argentina.

Era como decir el 10 de diciembre de 2015 se inició una nueva era.

Es cierto también que la falta de información y de estadísticas con fiables es un obstáculo serio, pero todos sabíamos, por lo menos los “no k” que esto ocurría, por otra parte no se ocultaba y hasta el mismo Kicillof dijo que no se llevaban estadísticas sobre la pobreza porque era “estigmatizante” (sic).

Es decir asumir el gobierno también significaba estar preparado para en ciertos temas “obrar a ciegas”.

Hasta hoy el gobierno, como lo señala Roberto Cachanosky en el diario “La Nación”, parecería que optó por tomar, como decíamos, medidas puntuales, pero el riesgo es que “pueden llevar a contradicciones. Por ejemplo, se aumentan las tarifas de energía y el gasto público bajará unos $ 100.000 millones en subsidios, pero, al mismo tiempo, la ausencia de un plan fiscal consistente se traduce en un aumento del stock de LEBACs que tomando una tasa promedio del 30% anual se traduce en un gasto público de $ 120.000 millones. En todo caso el costo político de corregir la distorsión tarifaria que dejó Cristina Kirchner se diluye en un aumento del gasto cuasi fiscal”.

Uno advierte que existen buenas intenciones pero para avalarlas es necesario un plan, lo que no quiere decir que se ejecute en 24 horas, pero si es necesario para que sepamos hacia dónde vamos y cómo vamos. Cuando uno toma un medio de transporte sabe donde se origina el viaje, hacia donde nos dirigimos y cuanto tardaremos en llegar. Con este gobierno, es como si fuéramos al aeropuerto, nos subimos a un avión pero ignoramos el destino y la duración del viaje, mas si es de Aerolíneas Argentinas, donde hasta ahora su CEO máximo, después de 90 días no demuestra tener una política para la empresa, ni un programa ni haber com prometido ni garantizado la participación de su personal para afrontar la difícil tarea de reconvertirla en un ente eficiente. Hasta ahora no conformó un sistema que permita una buena “gobernanza”.

Todos sabemos que Aerolíneas Argentinas no puede depender de su facturación más un 30 o 40% de subsidios, pero parece que este año necesitará u$s 700/&1000 millones. Los que estamos en el tema sabíamos que por lo menos se habían vendido a un dólar de $ 9,00 billetes para ser usados durante 2016, por un monto que según algunas fuentes consultados seria de u$s 250 millones o más.

Esta venta de billetes futuros a un tipo de cambio ficticio, otra versión de los seguros de cambio del Banco Central que nos ocasionó un perjuicio mínimo de $ 60 mil millones, en mi opinión fue una venta vil, ya que vil también era el tipo de cambio vigente hasta el 10 de diciembre pasado. Por otra parte el objetivo de esas ventas fue para disimular las pérdidas reales del 2015 lo que de todos modos fue un engaño de efecto instantáneo. No hay que ser superdotado para descubrirlo.

En mi gestión anterior me pasó que hubo mucha gente que había comprado billetes en condiciones similares pagados en pesos y luego pretendía devolverlos y que le pagáramos en dólares al tipo de cambio del día de la devolución, para hacerse de una diferencia. Obviamente se devolvió en moneda de curso legal y en valor nominal y no recuerdo haber tenido juicios lo que no quiere decir que hayan existido luego de mi despido.

Algunas empresas privadas hicieron ventas en condiciones similares, pero por lo que se, lo hicieron con mas profesionalidad y el costo en su caso lo asumirán sus accionistas, no los contribuyentes de la Argentina.

En esos casos estimo que debería exigirse el pago de la diferencia o su devolución a valor nominal o en su caso asumir ese costo sin chistar. Además, el gobierno tienen presupuestados u$s 350 millones de aportes para este año, votados por la mayoría automática del KRISTINISMO. Este es otro argumento para mantenerse en ese monto o en su caso ajustar el aporte con la aprobación y en la medida que lo disponga el congreso de la nación, pero para ello hay que tener un plan y someterlo a la consideración y control del Poder Legislativo. Son los nuevos usos que deben ir creándose.

Por último deberías destacar que así como el “Chino Navarro” declaró que tendrían que aprender a ser “oposición”, también hay que aprender a ser “oficialista”, lo que no quiere decir que se deban aplaudir todas las decisiones del gobierno, justificar sus errores o usar el hipócrita argumento de hace sólo 90 días que están en el gobierno. El bien no necesita tiempo.

A raíz del episodio de un “upgrade” forzado por un ministro y autorizado por al CEO de Aerolíneas Argentinas, alguien me dijo “no puede ser, porque conozco a la familia y son gente bien…” No, así no…

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