Por Guillermo Cherashny.-

Las declaraciones del presidente Putin en el sentido de que la vacuna rusa Sputnik V no puede aplicarse todavía en mayores de 60 años motivó que la oposición de Cambiemos encontrara una nueva veta para pegarle al gobierno, que pecó de optimismo al anunciar primero 10 millones de dosis para fines de mes, luego sólo 300.000 y los 10 millones de dosis para enero y febrero; pero ahora hay que esperar la autorización rusa y la del ANMAT.

La oposición critica duramente que el gobierno no firmara un convenio con el laboratorio Pfizer por demasiadas exigencias -según el ministro de salud Ginés González García-; en cambio elogian a Chile y Ecuador, que sí firmaron que recibirán sólo 25.000 dosis, algo muy simbólico.

La apuesta del gobierno está jugada a la vacuna de Oxford, fabricada por el laboratorio británico-suizo Astra Zeneca; pero tuvo un contratiempo y esa vacuna que se fabricaría aquí por el laboratorio de Hugo Sigman, que se encargaba del principio activo que se mandaba a México y volvía para acá.

Esa vacuna de Oxford es muy buena pero los británicos al primer escollo decidieron demorarla; en cambio Pfizer, ante dos fuertes reacciones alérgicas, decidieron seguir. De todos modos, el excesivo optimismo del presidente le jugó una mala pasada y recurre asiduamente a hablar todo el tiempo y de más y a veces en forma contradictoria, como recibir a los veganos, que critican las granjas porcinas que negociamos con China y que traerán muchos beneficios económicos al país.

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